Esta entrada no es una nota ni un reportaje como los que hacía sobre la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, FILIJ. Parte de un recuerdo compartido en mi cuenta de Instagram y de los comentarios que he recibido alrededor de la más reciente edición de la feria. Es una opinión, una protesta personal, que espero haga eco, una invitación a recordar para no resignarnos al mínimo esfuerzo y el descuido de la actual dirección que hace una FILIJ de un pasillo. Una defensa por todo el trabajo de organización de la feria que hicieron tantas personas comprometidas con la infancia y la juventud a lo largo de 39 ediciones y y también un reconocimiento a toda la comunidad que la sostuvo porque #LaFILIJlahicimostodos. Y ahora ¿quién la hace?

En un mundo donde tantas cosas van mal, abogar por una feria de libro, que iba bien, podría parecer trivial. Pero una feria de libro infantil y juvenil es una práctica artística transformadora de la realidad y un acto de paz y resistencia, urgente, justo en estos tiempos.

Recientemente participé en el Encuentro Estatal de Mediadores de Salas de Lectura de Chihuahua que fue titulado así: «La mediación, un acto de resistencia». Y allí, y en otras ferias este año, he presenciado a niñxs y adolescentes reír y correr por los pasillos luego de exigir, preguntar y desobedecer alguna instrucción adulta. Como si pusieran en marcha esas «estrategias de la alegría», tan vitales y en movimiento, de las que habla el sociólogo Roberto Jacoby, que nos ayudan a sobrevivir emocionalmente en contextos de opresión y violencia. Fueron también lxs mediadorxs de lectura en ese encuentro (y en otros en Durango y Puebla) quienes, desde muy diversos contextos, compartieron cómo resisten con la alegría del encuentro con libros de pretexto. Eso hacíamos en la FILIJ.

Voy al recuerdo.

Es de mi sobrino Cóbari, él también quiere correr, en una dirección imposible: contra una estampida de gente. ¿Qué hacer?

Encuentra un atajo. Se salta una jardinera y consigue llegar al final. Me saluda victorioso antes de que lo regañe un guardia. Pero lo logró, ya está a un paso del Salón de Cómic, su tierra prometida.

Es su primera FILIJ y no puede creer que algo así de grande y con tantos libros y presentaciones y exposiciones y conciertos de rock y obras de teatro, danza, títeres, narración oral, y talleres de dibujo ocurra en el mismo sitio y para tantos niñxs y jóvenes. Querrá volver al día siguiente. Y volveremos juntxs y con su papá, su bisabuela, su abuela (todos desde Veracruz) y mis otros sobrinxs, muchos años más.

Siempre que veo esa foto de Cobi, recuerdo la revolución que era asistir a la FILIJ. Su expresión me representa. Se aproximaba la FILIJ, y gritábamos por dentro de la emoción.

Tomé la foto hace unos diez años, cuando la feria tenía lugar en el CENART. Además de que era una celebración muy planificada y pensada realmente para niñas, niños y jóvenes y sus familias, constituía una brújula nacional e internacional para quienes queríamos dedicarnos a la LIJ.

Era un espacio muy importante de investigación. El programa de “Profesionales” abarcaba conferencias, clases magistrales, talleres de profesionalización, jornadas (en la FILIJ 38 hubo: jornadas Internacionales de: Industrias Creativas, Narradores Orales, Editores, Novela Gráfica), el Seminario Internacional de Fomento a la Lectura y el Seminario Internacional de Ilustración. Además llegó a haber un concurso de cuento, se organizaba el concurso de cartel Invitemos a leer y el catálogo de ilustración y más recientemente había unx «Embajador FILIJ» de escritura y otrx de ilustración, y países y ciudades invitadas. La imagen de toda la feria se preparaba con hasta ocho meses de anticipación y la programación para profesionales contaba con un Consejo Académico. Era una FIL Guadalajara en infantil y juvenil y al aire libre (a mí me gustaba mucho más que la FIL) y con ese nivel de referencia en el mapa mundial.

Todavía me recuerdo redactando reportes para mi maestría o becas de creación literaria en los que detallaba mi trabajo de campo en la FILIJ, no sólo por todo ese programa profesional, también por la vastedad de libros que descubría de diversos países, las conversaciones de pasillo directo con lxs colegas y el atestiguamiento de lxs lectorxs infantiles y juveniles en acción, en ese rico ecosistema del libro.

La FILIJ creía que era importante la infancia y la juventud, y formar profesionales de la LIJ.

Revisaba una nota que publiqué en mi blog sobre la programación de la edición 38 de la feria, la última que se hizo en el Parque Bicentenario, y me voló la cabeza recordar estas cifras: 28 mil alumnos como parte del Programa de Visitas Escolares, 1771 sesiones de talleres para bebés, niños, niñas y jóvenes, 310 presentaciones de libros, 805 espectáculos, 9 exposiciones, 1365 sellos editoriales y hasta cascarita de futbol LIJ, y claro, ese mítico medio millón de personas en el concierto de 31 minutos. Por eso titulé aquella entrada «La feria infinita».

Cuántas alegrías nos daba. Allí me encontraba con familia y amigxs y siempre conocía personas nuevas. Eran diez días de fiesta. ¡La extraño mucho! Claro que era perfectible y, con todo y los legendarios «colibríes», jóvenes voluntarios que apoyaban en la organización, daba la sensación de que necesitaban contratar más personal. No obstante, la feria no perdía la dignidad y mostraba un gran respeto por su público. 

En 2019, bajo un nuevo gobierno, que muchos esperábamos sería más congruente en sus políticas de cuidados, la FILIJ regresó al CENART y, aunque se redujo la programación considerablemente y fue una pena que dejara de realizarse en el norte de la Ciudad (donde hace falta más oferta cultural que en el sur y sin duda más que en Chapultepec), intentó dar continuidad a las antecesoras y acallar las críticas. Más pequeña pero salió bien. Comparada a la de ahora, se podría decir que fue extraordinaria.

Pero luego vino la pandemia y los festivales virtuales FELIJ que algunos creímos sustituirían a la FILIJ (en ese afán por cambiar nombres: estrategia predilecta para eliminar los rastros de quienes estuvieron antes, como si el simple acto de renombrar fuera sinónimo de mejora y compromiso).

Claudia Sheinbaum entrevistada por Iker Elías de Homeschoolernautas en la FILIJ 40.

Y en 2022, la FILIJ regresó, para celebrar sus 40 años con todo y Jefa de Gobierno invitada, ahora Presidenta de México, y esta vez en el bosque de Chapultepec.

¡Sonaba bien aquello de «la feria en el bosque»! Quizá al colocarla en un espacio bonito y transitado que ya ofrece actividades y tiene cierta vida cultural y recreativa, la administración actual pensó que se ahorrarían trabajo de infraestructura y programación. 

¿Ir o no ir? Colegas y amigxs me comparten su dilema. También me lo he preguntado. Creo que sí tenemos que ir, porque «peor es nada» (no suelo aplicar esta lógica conformista, porque la migaja a veces resulta peor, entristece, pero sé que hay personas que la pasaron bien) y aunque sea en menor medida, acompaña a algunxs niñxs y a sus familias. Pero hay que exigir una transformación o que regrese a Secretaría de Cultura la responsabilidad de organizarla.

De manera personal, me he negado a ir, ha sido mi protesta simbólica los tres años que lleva ya en Chapultepec, pero leo notas, videos de Tiktokers, fotos en redes y quienes sí han asistido me cuentan que nomás no mejora y que la oferta de literatura infantil y juvenil es raquítica. Ni hablar de una programación juvenil. Si tan solo se pareciera un poquito a una feria que sí hacen (destinan presupuesto) y difunden muy bien, la del Zócalo. Allí hay actualmente más oferta de LIJ y actividades para niñxs y jóvenes que en esta FILIJ hecha con buenas intenciones pero sin convicción, poco generosa, sólo para unas cuantas personas. Es, en muchos sentidos, como si hubiera empezado de cero y no llevara ya 42 ediciones.

Como decía recientemente el grupo La LIJA en su cuenta de Instagram me sumo a la exigencia de una FILIJ que reconozca los derechos culturales de las infancias y juventudes… y con presupuesto y el respeto y cuidados que merece ese público: bien planeada, anticipada, y con difusión.

La idea de la «FILIJ en todas partes» me parece muy buena, pero como tantas otras buenas ideas recientes, pareciera que no hay dinero para operarlas y se pide que todo sea por puritita voluntad (aunque quienes lo piden sí cobren sueldos). ¿En todas partes o en ninguna? Antes, la FILIJ tenía tan buen presupuesto y tejía tantas alianzas que aunque sólo se realizara en la Ciudad de México, asistía muchísima gente de fuera. ¿Por qué no creer en una FILIJ posible con presupuesto, organización y sí, en muchas ciudades de México e Iberoamérica?

De izq. a der.: Cecilia Espinosa, Socorro Venegas, Carlos Anaya, Sven Mensing, Marina Núñez Bespalova, Sofía Mata Modrón, Azucena Galindo, Mauricio Gómez Morín, Anel Pérez y Paola Morán, organizadores y colaboradores de la FILIJ.

Los gobiernos anteriores no sabían hacer muchas cosas pero sabían hacer una FILIJ, la prueba es que Marina Núñez Bespalova, quien, junto con un gran equipo, potenció ese crecimiento, resultado de décadas de esfuerzos de muchísimas personas, es de las pocas funcionarias que sobrevivió a la transición, siguió trabajando en el gobierno de AMLO y seguirá en el de Sheinbaum, siempre como subsecretaria de Desarrollo Cultural. Hace falta mucho desarrollo cultural infantil y juvenil. Sería un acierto de la nueva administración que regresaran su organización a la Secretaría de Cultura, con Marina o con Alas y Raíces. O que se dejaran de lado diferencias y, por lo menos, le pidieran ayuda.

Si ignoran todas nuestras exigencias, como podríamos anticipar, igual seguiremos abriendo espacios como los que ya han surgido (pienso en el Congreso de LIJ de la FIL Monterrey, el Coloquio de LIJ y el Encuentro de Infancias y Adolescencias Libres de la FILUNI, el Seminario para profesionales en la mediación cultural de la Fiesta del Libro y la Rosa, la Semana de Lectura y Cultura Infantil y Juvenil, SeLee, que hacemos en Veracruz, y un largo etcétera). Espacios que generen comunidad en continuidad y compromiso con las infancias y juventudes. 

¡Yo le debo tanto a la FILIJ! Allí fue donde empecé a formarme y presenté por primera vez libros, di talleres y charlas y hasta safaris literarios… Sin exagerar, confieso que en buena medida fue gracias a esta feria que quise especializarme en libros para niñxs y jóvenes. Descubrí una comunidad abierta, libre, crítica, colaboradora, participativa y, sobre todo, socialmente comprometida.

La FILIJ daba trabajo a muchísimas personas del sector artístico, y muchísima felicidad, y esperanza a millones de niñxs y jóvenes. ¿Lo recuerdan? ¿A ustedes qué les dejó? Cóbari ya tiene 21 años y no ha vuelto a visitar la Cdmx para asistir a la FILIJ, ahora me ha acompañado a la FIL Guadalajara… Pero, ¿se acuerdan de la FILIJ? 

Bienvenidos los testimonios en la sección de comentarios.

Fotos de archivo personal y tomadas de la antigua página de Facebook de la FILIJ: https://www.facebook.com/FILIJ.Mexico en la que pueden encontrar un buen archivo visual. La página de Facebook de la FILIJ actual prácticamente no contiene fotografías: https://www.facebook.com/FILIJ.CDMX

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Entrada No. 251
Autor: Adolfo Córdova.
Foto de portada: Archivo de FILIJ.
Fecha original de publicación: 22 de noviembre de 2024. 

Esta entrada fue primero un posteo en mi perfil de Instagram, pero lo revisé y extendí para publicarlo aquí.

20 Comentarios »

  1. Sumo comentarios públicos de otrxs colegas y amigxs en mis posteos de Instagram. Acredito con el nombre público que aparece en esa red.

    Aquí:

    Antonio Toledo: En la FILIJ obtuve demasiadas experiencias increíbles, conocí a muchxs de mis autores favoritxs, concursé en la convocatoria para talleristas y, encontré muchos libros que me acompañan todavía. En la FILIJ también era increíble conocer las experiencias de otras personas alrededor de la promoción lectora, y, por supuesto, era una visita que programábamos muchos amigxs para ir. Recuerdo entrañablemente la del 2017 y 2018. Cuánta nostalgia. Saludos, querido Adolfo. 🙌

    Gloria Martínez Hernández: Siii!! Recuerdo haber sido seleccionada para ir a esa edición, bella experiencia que viví al asistir al seminario internacional de fomento a la lectura junto con otra compañera mediadora. Esperemos que algún día vuelva a tener esa magia, saludos querido Adolfo !!!

    Mónica Bombal: Ay si, cómo se extraña esa fiesta en ese grandioso parque! Inolvidables recuerdos! En una versión @mariaemilia5133 y Daniel Goldin acunaron a mi hija para que pudiera dictar una charla ❤️

    Socorro Venegas: Qué nostalgia!

    A.te.o.ene: En la FILIJ conocí editoriales, autores e ilustradores que me maravillaron igual q cuando era niña. Esa sensación ha sido un motor para el proyecto de vida en el q ahora estamos. Qué ganas de que vuelva esa FILIJ! 🥲

    Rafael Sebastián: Ufas. Para mi ha sido difícil regresar a la FILIJ después de que salió del Bicentenario. Siempre pelearé la descentralización de la cultura y creo que ese era un buen lugar. Se extraña la feria grande con todo y sus conciertos masivos ❤🙌

    Abraham Balcazar: La sensación de que la LIJ es un mundo habitable y con muchas posibilidades, la aprendí de la filij ❤️

    Lourdes Gutiérrez: Una gran pérdida que ya no se haga así… todavía recuerdo como te conocí en tu conferencia donde nos imaginamos en un bosque… me impactaste.

    Rodrigo Morlesin: Era una gran fiesta para todas y todos. Era el encaminar a las nuevas y viejas generaciones.

    Michelle: Ay, ahí estamos en el consejo. Que tiempos, que buenos recuerdos, que buenas amistades ha sido siempre 🥲❤️‍🔥

    Leticia Jiménez: Bien lo dices querido Adolfo ¡Era una fiesta¡ De encuentro, descubrimiento. Durante muchos años fui al seminario, descubrí libros, autores, ilustradores, uff un verdadero agasajo!!!

    Yunier Riquenes García: Qué nostalgia de la belleza y la utilidad.

    Mere Rivera: En la filij descubrí que podía ser una profesional de la mediación de lectura y que había toda comunidad de personas construyendo y compartiendo saberes y referentes sobre el fomento a la lectura. Empecé a ir como SS del @cplectura, a mediar en las bebetecas y asistente a los seminarios. Había un trato digno y durante nuestro hospedaje, cubierto por la feria, conocimos a muchísima gente trabajando alrededor de la lij y la mediación. Una gran brújula.

    Verónica Juárez Campos: Es muy triste, Adolfo. Yo estuve 2022 en Chapu en stand de bibliotecas. 2023 fui como público. Este año me negué a ir. No se puede sólo con buenas intenciones, la feria requiere interés, conocimiento, respeto y recursos por parte de los organizadores. El año pasado stands de aseguradoras, colmex, inegi… se nota que se realiza sólo porque está en el circuito de ferias que se realizan en el año y no les queda de otra.

    Toño Malpica:El mayor contraste, a mi parecer, es que, desde la primera «FILIJ» que se hizo en Chapultepec, no conozco a una sola persona a la que le cause ilusión la llegada de la feria (yo creo que ni a sus organizadores); en cambio, en los años anteriores, todo el mundo de la LIJ la esperaba hasta con ansias (incluidos organizadores). En fin. Gracias por la memoria. Y un abrazo.

    Pirinola. Literatura infantil en la crianza: Me he negado a ir a las últimas tristísimas y desmanteladas ediciones de la FILIJ. Trabajé en el Stand de Nostra durante los dos primeros años en el Parque Bicentenario, y era una gozadera tremenda. Me da mucha nostalgia recordar cómo era la feria, e impotencia de ver lo poco digna para el público infantil hoy.

    Beatriz Soto Martínez: En la FIL me formé, hice muy lindas amistades, conocí mediadores y personas maravillosas, extraño todo eso.

    Azul López: Conocí la FILIJ gracias a la maestra Lety Mejía. Y la amé desde el primer momento. Sin duda la extrañamos.

    Lía La Novia Sirena: Hola. Gracias por tu reflexión, me parece que detona múltiples posibilidades de intercambio. Para mi la FILIJ siempre es y ha sido un espacio complejo y cuando hablo de su complejidad estoy hablando desde el cuerpo y la voz que habito. En el 2019, edición 39 fui invitada por primera vez como narradora y poeta trans. La persona que me invitó me dijo “es urgente que haya más visibilidad LGBTIQ” yo le dije “ya se habían tardado” porque desde que empecé a asistir jamás vi infancias, juventudes o familias diversas con todo lo que implica la diversidad sexual, racial y corporal. Yo me presenté a pesar de que sentí que intentaban pagar una cuota de género con mi presencia y de que muchxs mediadorxs, narradorxs, talleristas y organizadores no estuvieran de acuerdo con mi “propuesta” que implica activar mi cuerpo con infancias y juventudes para que habiten otros futuros menos binarios. Estuvo hermoso y pude invitar por primera vez espacios de militancia política que forman parte de mi vida porque creí que ahora sí se trataba de un espacio seguro para todxs, pero tengo mucho que decir al respecto. Asociación por las Infancias Trans, Red de Familias Trans, Infancias y Resistencia Callejera y la Red de juventudes trans estuvieron presentes en mis presentaciones y talleres. Fue ahí, en la edición 39 donde nos dimos un tiempo para insistir que no puede haber “FILIJ en todas partes” si no hay “FILIJ PARA TODXS” y no desde una visión incluyente institucional sino reparadora porque el discurso de la inclusión pesa sobre nuestras vidas. La LIJ tiene una deuda histórica con las personas trans, negras, de la diversidad funcional, y en general quienes resistimos al apartheid social y esto no se reduce a un simple asunto de representación gráfica o narrativa, necesitamos estar de cuerpo presente en procesos creativos de la LIJ y de organización de ferias como estas . Este año también fui invitada y considero, en ese sentido, que es importante también ver a la FILIJ como un constante flujo de transformaciones, cambia, todo cambia. Quizás si, no es lo mismo que antes, y no lo tiene que ser, pero están aconteciendo posibilidades nunca antes vistas en las ediciones anteriores. Y eso es importante. Como parte de mi insistencia desde 2019 en 2022 sumaron al proyecto Drag Queen Story Hours y en 2021 a Senos Guerreros para compartir la importancia de llegar a infancias con cáncer y eso me emocionó muchísimo. Pensar que dentro de una FILIJ todas las infancias y sus familias sean bienvenidas, arropadas, acompañadas y cuidadas y que poco a poco podamos posibilitar un espacio para senti-pensar que se necesita para vivenciar una “FILIJ en todas partes” y “para todas las vidas” En el mismo contexto que aún sigue insistiendo que no todas las vidas importan y donde aún encarnandolo seguimos luchando y resistiendo por y para una LIJ sanadora y que se haga posible como acto transformador de una realidad tan fracturada. Abrazos.

    María Orozco Ávila: También me he negado a ir.

    Beatriz Soto Martínez: Conocí la FILIJ gracias a Eva Janovitz en el 2002, recuerdo perfecto el seminario con Paco Abril y Yolanda Reyes entre otros. El haber asistido me animó a hacer lo que hago actualmente como mediadora de lectura y coordinadora de la biblioteca infantil de la UAQ. Desafortunadamente la FILIJ dejó de ser lo que era hace 6 años .

    Anita Piña: Es muy triste. Creo que esté año se esforzaron más en el seminario que fue virtual. A lo mejor los organizadores están entendiendo algo. Honestamente me enoja mucho cómo Taibo y su equipo tratan a los mediadores, casi casi de «don héroes» pero en qué condiciones? No sé no me gusta. yo sentía que las filijs anteriores eran una fiesta para lectores y mediadores y creadores de libros. El seminario y los talleres profesionales eran un incentivo increíble y ahora con la palmadita en la espalda de «lo están haciendo bien» piensan que es suficiente.

    La Liga Teatro Elástico: Son los recortes presupuestales a cultura, querido Adolfo. Es muy triste ver a unas cuantas personas haciendo lo que antes hacía un grupo amplio de trabajo. No se puede así. Y lo peor es que ellos tienen ese referente que tu cuentas e intentan con todas sus fuerzas sacar el trabajo a como de lugar. He visto a algunos de ellos enfermar, o terminar agotados. Y no no es lo que fue. Y qué decir del departamento de Alas y Raíces, ufff ! Ojalá esté gobierno entienda que no se puede tener el mismo alcance recortando y empobreciendo el presupuesto de cultura.

  2. Completamente de acuerdo con cada letra que escribiste en esta entrega, Adolfo! Comparto al 100% todo lo que cuentas y doy testimonio, desde entonces sigo tu maravillosa carrera y aportaciones importantes a la LIJ, aún guardo una postal con las que promovías este blog! Abrazo fuerte, con cariño y admiración! Gracias por tanto…

  3. Hola Adolfo y todxs lxs que nos encontramos en este maravilloso blog.

    La FILIJ fue un espacio de respiro en la CDMX y de alegría para mí. Era ese lugar donde pude escuchar y hablar con grandes autorxs, que me inspiraron además de llevarme por el libro álbum.

    Los seminarios causaban en mí un momento de esperanza, a parte de conocimiento. Este año decidí conectarme al seminario y e alegró escuchar a maestrxs de otras partes del país compartir sus experiencias en el tema de mediación y trabajo en grupos de secundaria.

    Saludos a todxs y un abrazo

    • Hola, Silvia, muchas gracias por compartir tu testimonio. Así es, comparto esa sensación de «esperanza» muy tangible antes, durante y después de la FILIJ. Qué bueno que participaste en el seminario online y que recuperes lo bueno. Yo creo que no debemos abandonar la FILIJ sino nutrirla con nuestra participación exigiendo que se le asigne presupuesto. Un abrazo grande.

  4. Hola Adolfo, muchas gracias por el artículo, es emocionante leer que hay personas interesadas en que los eventos culturales sean más que un botín político.

    Para mi la filij era de las cosas que más esperaba cuando era niña, era cuando podía escoger los libros que quería y además tomar talleres, ir a conciertos, (los patita de perro que por ahí todavía andan) escuchar cuentacuentos! Era como el día del niño.

    Es una pena lo que está pasando, están desarmando uno de los pocos eventos que ponía en primer lugar a las infancias 😦

    • Gracias, Laura. Qué bello que tu testimonio empiece en tu niñez. Cuántas generaciones de niñas y niños esperaron la FILIJ. En Veracruz, de donde soy, no había nada parecido y cuando la descubrí en Cdmx a mediado de los dosmiles sentí que hacía feliz al niño que fui. No dejemos de recordar y exigir la dignificación y diversificación de la feria en este 2025. Un abrazo grande.

  5. ¡Yo asistí a la primera! Según recuerdo, fue en el Auditorio Nacional (el Cenart no existía, aunque en google diga que fue ahí…). Y sí, una maravilla. La última vez que asistí fue en 2019. Qué lástima que esté en esa decadencia que platicas.

    • Cecilia, pues a la primera y a la última digna (creo que esa primera edición de la nueva administración que volvió a Cenart, no estuvo mal, sobre todo comparada con lo que ha sido después). Hay que mantenerla en la mira y seguir exigiendo y recordando. Gracias por tu testimonio. Abrazo.

  6. Adolfo muchas gracias por poner en palabras el sentir de muchos, fue en la FILIJ donde tuve el placer de escucharte en una conferencia, donde descubrí a tantas personas con las que compartí tantas experiencias y si también este año me pregunté voy o no, decidí asistir, decepcionada totalmente. Extraño a la FILIJ de antes, aquella que nos daba narraciones de cuentos maravillosas, a los colibrí, siempre dispuestos a orientar. En fin, soñemos, y estemos listos a apoyar, enriquecer y exigir estos espacios de la lectura.
    Saludos inmensos.

    • Muchas gracias, Marypi, muchas gracias por compartir tu testimonio. Qué gusto saber que coincidimos en la FILIJ, no sé si fue una conferencia que di en el Seminario de Promoción de Lectura en el CENART, pero yo recuerdo mucho esa ocasión, fue la primera vez que tuve la oportunidad de compartir algunas reflexiones sobre la orfandad en la LIJ ante un público tan nutrido y atento. También disfrutaba mucho las narraciones orales y ese ánimo tan sonriente y dispuesto de los colibríes. Coincido en que hay que seguir exigiendo estos espacios de lectura y pensamiento y si no crearlos. Un abrazo grande.

  7. Muchas gracias por compartir tu opinión, Adolfo, y por abrir el diálogo. Yo también pienso que es posible una FILIJ en todas partes, pero que sea una propuesta y un proyecto lleno del cuidado que merecen lxs niñxs y jóvenes, donde se les mire y escuche con la dignidad que merecen; una Feria que esté a la altura de su público y de sus colaboradores y que no se use como propaganda política. Este año yo sentí mucha contradicción y duda sobre si sumarnos o no; agradezco la oportunidad, porque sé que muchas personas seguimos esperando que mejore y también pensamos que sumarnos con el mayor esfuerzo puede contribuir a ello, en mayor o menor medida; sin embargo creo que queda un sinsabor y un tanto de tristeza al ver cómo ha decaído un proyecto cultural para las infancias que en verdad era un espacio de encuentro, en muchos sentidos, descubrimiento y aprendizaje. Queda seguir en la exigencia, creación y cuidado de este tipo de espacios y habitar la contradicción en la simultaneidad que representa: accionar desde diferentes lugares y posicionamientos.

    Un saludo y abrazo.

    • Hola, Lu, muchas gracias por tu comentario. Me habían quedado sin responder muchos porque tenía un problema con el wordpress. Es muy cierto lo que dices. Yo también pienso que debemos participar, LaFILIJlaHicimosTodos, y hay que seguir haciéndola al tiempo que exigimos mejores condiciones, como propones. Más cuidadosa ¡y planeada!

      Lamento esa desazón final, varias personas me comentaron lo mismo pero sí, queda diversificar las acciones desde otros lugares y quizá trabajar con organizaciones de FILIJ en otras partes. Yo hace dos años participé en la de Campeche, estaban arrancando, pero sí fueron cuidadosos (¡y tenían presupuesto!) fue una experiencia memorable. Sigamos pensándole y a lo mejor este año empezar a lanzar preguntas con anticipación. Un abrazo grande.

  8. Estuve allí, ¡maravillada! , en 1998, el año en el que le dedicaron la Feria a Puerto Rico. Llevé mi único libro publicado entonces, El flamboyán amarillo, y lo leí varias veces en FIL Niños, que así se llamaba entonces ese espacio de felicidad. Es triste lo que cuentas.

    • Georgina querida, ¡qué bello leerte aquí! Gracias por compartir ese recuerdo de 1998. Desde entonces la feria había crecido muchísimo. Imagínate que llegó a ver ese concierto con medio millón de personas. Creo que sigue ofreciendo felicidad a lxs niñxs que asisten, pero son muchísimxs menos. Es triste sí, parte de una política de menosprecio a las infancias y dobles discursos. Por un lado se dice que la FILIJ es más grande que nunca porque tiene muchas sedes, pero creo que actualmente ni juntando la asistencia de todas las sedes se alcanza la mitad de lo que las últimas FILIJ. En fin… Ojalá de poco vaya recobrando fuerza y le asignen presupuesto.

  9. Querido Adolfo: Es un excelente artículo de valoración por la FILIJ a partir de su larga y consolidada trayectoria. También de aguda crítica a la versión de 2024. Fui. Es drástica la diferencia del deterioro, la baja inversión y muestra poco interés por los niños y jóvenes mexicanos. Lo distribuí a varios autores e ilustradores.

    Saludos especiales,

    Lorenza Estandía

  10. Gracias Adolfo por ser tan claro , por poner en palabras lo que muchos pensamos .

    ? Que puedo decir ? Mis hijos crecieron con la FILIJ.
    La Filij era un punto de encuentro con colegas, con las novedades editoriales, con las voces nacionales e internacionales que apuntalaban nuestro trabajo.

    Se respiraba “ El ambiente de la lectura “ .

    • Muchas gracias, querida Katia. Me di cuenta que ya era tiempo de la FILIJ y no sabía nada de ella. Siento que ya estamos normalizando esa mediocridad y desgano (falta de recursos) con los que se (des)hace una feria tan querida. Como dices, generaciones de lectorxs creciendo entre libros, tomando talleres, haciendo amistades… No quitemos el dedo de la página en donde se cuentan estas historias de la FILIJ porque temo que se olviden. Un abrazo grande.

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