A continuación encontrarás enlaces a estudios de posgrado, seminarios y otros cursos en los que participo y cuya convocatoria está abierta.
Un mapa de Nunca Jamás / Laboratorio Emilia
Yo, mediador / Troquel
Máster en Libros y LIJ / UAB
Ha nacido una estrella / Anatarambana
Próximas presentaciones:
Por acá ando como en tres pistas: presentando mis libros, impartiendo talleres para niños, niñas y jóvenes y dando charlas a especialistas.
36 Congreso Internacional de IBBY
Congreso Internacional de Lectura IBBY Cuba
Feria del Libro de Minería
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Colaboraciones:
Instituciones de las que he recibido apoyo para investigación o becas de creación artística o con las que colaboro como lector voluntario, consultor o profesor.
La mirada traza una línea imaginaria que nos separa de los otros. Vemos a los demás ajenos y lejanos, allá. Identificamos diferencias y nos detenemos, desviamos el curso, caminamos atrás. La […]
La mirada traza una línea imaginaria que nos separa de los otros. Vemos a los demás ajenos y lejanos, allá. Identificamos diferencias y nos detenemos, desviamos el curso, caminamos atrás. La vista nos coloca afuera, cubre de adjetivos los rostros.
La escucha, en cambio, aunque deba pasar la frontera del acento o de otro idioma, nos acerca, sucede adentro, provoca un aquí.
Escuchamos las historias, las canciones, los recuerdos, la esperanza de las personas que dejan su hogar y buscan una nueva casa (para siempre, por un tiempo, sin saber cuánto, ¿y cuándo podrán llamarlo hogar?) y de inmediato están dentro de nosotros, sus voces resuenan dentro de nuestro cuerpo, literalmente, son ondas sonoras que viajan en el aire e ingresan por nuestro conducto auditivo hasta el tímpano; somos, por un momento, su casa, la casa de sus voces.
Suena poético, lo es. Sabemos que al escuchar y responder un saludo o preguntar un nombre y decir el propio, se abre un espacio íntimo, común, invisible pero con un efecto muy concreto y esencial: sentirse bienvenido, bienvenida, y un efecto, quizás, algo paradójico, pues ese espacio invisible que permite la escucha, visibiliza al otro.
Por eso, al trabajar con personas que migran, de paso en Tijuana, los mediadores de lectura Jazmín Lozada y Miguel Ochoa, afirman que antes de abrir un libro y leer «Había una vez», empiezan diciendo: «Cuéntame tu historia porque quiero recordarte».Su escucha es la bienvenida, borra la línea imaginaria que traza la mirada. La escucha guía a la mirada, la transforma, hace que los ojos se encuentren. Es un encuentro, espacio, finito, pero puede fijarse en la memoria, significar, reforzar, cambiar, liberar… Sobre todo si volvemos a su dimensión poética. Si la escucha es espacio, puede ser «espacio poético», el espacio de creación, imaginación, lectura, que describe Graciela Montes en La frontera indómita (FCE, 2001). Lectura.
La escucha también se lee.
Por eso, Nora Obregón, otra mediadora muy comprometida con poblaciones migrantes, en Monterrey, selecciona literatura de tradición oral, adivinanzas, nanas, dichos, retahílas, palabras de Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Venezuela, que resuenen en las personas a las que lleva libros de su Sala de Lectura itinerante, Acordes Cotidianos.
«Se trata de ‘habilitar su textoteca interna’, como lo propone Laura Devetach. Pueden traer, a través de las palabras, a su comunidad, su casa, su gente», me cuenta Nora, y agrega algo que le dice Bryan, un joven salvadoreño huyendo de los maras, en una sesión de lectura: “Es como tener aquí, con nosotros, lo que dejamos allá, y eso nos hace fuertes”.
Eso le enseña también la sabia Mamá Lochi a su nieta Emilia en la extraordinaria novela Cuando llegues al otro lado de Mariana Osorio Gumá (Grijalbo, 2019): «Lo que te quiero contar es lo que te voy a dejar de mí, del misterio, mi herencia. Sólo te va a servir cuando estés lejos (…), lo vas a recordar cuando te sientas bien perdida en mitad de ningún lado (…). Vas a cargar contigo la historia de tu familia, la mía, la del cerro mismo que es tu casa. La de tus ancestros, aunque no la sepas. Y un día, cuando me extrañes y sientas que vas a olvidarme, te vas a sentar a dibujarla en papeles, para que otros la conozcan…». Y Emilia lo hará, más adelante en su historia, dice: «Al contarme aquello [sus recuerdos], mi abuela me hacía su olla de barro, su cacerola de peltre para que se los guardara…».
Las palabras familiares van a parar a la «olla de barro» de la memoria del que lee.
Puede ocurrir también que sea un libro el que hable primero en una sesión de lectura (sin duda son un camino para empezar a entablar una relación de confianza y demostrar la calidad de nuestra escucha) y nombre realidades, funcione como espejo, haga hablar después al que no quería contar o no sabía nombrar. Como la niña o el niño que en una Casa del Migrante se encuentra con el álbum Dos conejos blancos de Jairo Buitrago y Rafael Yockteng (Castillo, 2015), que narra la historia de una niña y su padre en su camino de Sur a Norte, en diferentes transportes, incluida La Bestia, oAntonia va al río de Dipacho, donde un grupo heterogéneo de personas deja su hogar, cruza un río y continúa, ya sin uno de los personajes, por carretera. Quizá niños, niñas, jóvenes y adultos migrando se sientan identificados y pasen la página, menos solos.
Ninguna de estas publicaciones oculta el entorno y las dificultades, pero el tratamiento es suave, cuidadoso, y deja mucho espacio para que los lectores concluyan lo que prefieran.
Escuchar la historia, borrar la línea, pasar la página… y escribir la propia.
La escucha atenta abre espacios de escritura. Conversar la historia propia y luego escribirla, ayuda. La escucha también se escribe.
Nora Obregón sigue en contacto con las distintas personas migrantes con las que leía, lo hace por videoconferencia o por WhatsApp, y está reuniendo sus relatos para participar en la serie de publicaciones digitales «Relatos de la Cuarentena«, una convocatoria abierta lanzada por la Editorial Universitaria de la UANL y Tresnubes Ediciones.
«La cuarentena paró nuestro viaje. Al salir de la misma, retomaremos el camino, en nombre de Dios, con mi familia», empieza escribiendo Lissy, de 23 años, originaria de Guatemala, que viaja con su esposo, de 25, y su hijo de 3. La mayoría de las historias que recopila Nora expresan esa frustración por no poder avanzar, no llegar aún a Estados Unidos.
«Es muy difícil para ellos, atraviesan una doble incertidumbre: la de su situación de migrantes y la de la pandemia», me comparte Nora, mediadora que también fundó, al lado de María Esther Pérez Feria, la RedLeemos. Lecturas en movimiento y solidaridad.
Nora y muchas mediadoras sensibles a esta difícil situación y desamparo de las autoridades, siguen escuchando a distancia, reuniendo víveres, leyendo, promoviendo la escritura como desahogo. María de la Luz Posada, mediadora en la Casa del Migrante de Saltillo, no ha dejado de compartir lecturas a través de Facebook y Zoom. Desde Tapachula, Chiapas, usando las redes sociales, WhatsApp y una estación de radio local, debido a la contingencia, Claudia Sánchez, otra mediadora muy comprometida con poblaciones en tránsito y además con comunidad sorda, igualmente fomenta la escritura creativa.
En Palabras de Caramelo de Gonzalo Moure (Anaya, 2002) un niño sordo, solo lee los labios, pero quiere aprender a escribir su nombre: «Kori» y los poemas que le susurra su amigo Caramelo: «El camello le hablaba de las vastas praderas que había más allá de la arena y las piedras pero Kori no podía escribir ‘ríos frescos’ ni ‘mares de hierba’. ¡Era injusto que no pudiera escribir las palabras de Caramelo!». Kori terminará siendo poeta.
Con su habitual dominio de la prosa poética, Moure escribió esta breve y conmovedora novela situada en Smara, un campamento de refugiados sahauri en Argelia, inspirado en los viajes que cada año realiza a este sitio y, en particular, en su amistad con una niña sordomuda llamada Fatimetsu.
Otros libros, otras formas de escucha, en el contexto de lectura con personas que migran en el que enmarco esta nota, como Cuando llegues al otro lado, son una oportunidad para sensibilizarnos más como mediadores y para sensibilizar a otros que ignoran esta realidad o recubren de prejuicios a quienes la atraviesan.
Mariana Osorio Gumá, quien en Tal vez vuelvan los pájaros (Ediciones Castillo, 2013) ya nos había hablado del exilio de Chile a México de una niña y su familia, provocado por la dictadura militar y basado en su propia historia, en Cuando llegues al otro ladonuevamente narra un exilio, pero el de dos hermanos adolescentes que salen de Amatlán rumbo a Estados Unidos tras la pista de su padre. Osorio no lo vivió en carne propia, no es la recreación detallada y cruda de un viaje particular, como lo hizo Sonia Nazario en la emblemática La travesía de Enrique (Random House, 2006); su ejercicio es literario, no periodístico, pero resultado, es evidente, de una escucha muy atenta a historias de jóvenes migrantes y de una exploración constante en el lenguaje y reinvención como escritora (quehacer inusual). Se siente como si Mar, la niña protagonista de Tal vez vuelvan los pájaros, hubiera continuado su viaje hacia el Norte después de llegar a México, pero con otra voz, menos inquieta y rica en aliteraciones, palabras inventadas y juegos poéticos, ahora más temperada y sostenida, igualmente lírica y coloquial.
«El más allá no está más allá. Está aquí mero», le dice Mamá Lochi a Emilia, tratando de enseñarle a las ánimas escondidas entre las piedras, el brillo que emanan las semillas y el crujido de las sombras (hay ecos nítidos, por supuesto, de otra novela suya Escucha las sombras bajo el palmar (Castillo, 2016)). Una voz en tercera persona narra el viaje de los hermanos, cuyo clímax será una catártica vindicación infantil, el triunfo de los niños y niñas migrantes sobre un grupo de criminales. Y la voz de Emilia, que aprende a «dibujar palabras», narra la vida antes de llegar al punto de partida, una vida principalmente al lado de su abuela (y es sobretodo la vida mágica y rebelde de la abuela la que cuenta) que pone en relieve esos pasados diversos, infancias (tantas veces truncadas) que deja atrás la persona que migra.
Es en el asombro del cómo decir, como si cada frase fuera parte de un encantamiento, donde se halla la médula de la tensión narrativa y lo que nos toca como lectores. Aunque Osorio Gumá abre y cierra cada capítulo apretando más y más la trama, y uno quiere genuinamente revelar las historias pues siente cercanos a los personajes, no explota dudas fáciles para enganchar (¿qué pasó que los hizo irse? ¿pueden volver? ¿quién ese ese padre al que buscan?). El tono es tan afinado que recuerda a Elena Garro y a José Revueltas, aunque algunas descripciones y personajes parecieran más salidos de un cuento de hadas o parte del viaje iniciático de una heroína de fantasía, como las de Verónica Murguía o Nahoko Uehashi, o extensión de ese peregrinar espectral que es La noche de las cosasde Laura Escudero (Babel, 2017).
Se nota que fue una escucha atenta y depurada, Osorio empezó a escribir la novela hace 20 años. Los personajes, muy personas, claramente son parte de su vida y se quedarán en la vida del que los lea, ensanchando su interés en esta crisis global.
Es la propia vida, la historia familiar, su raíz, incluso otra lengua, la que María Teresa Andruetto recrea en Stefano (Castillo, 2013): «Al atardecer, se cobijaron bajo el alero de una iglesia, sacaron unos panes y Ugo una petaca de vino. Stefano sintió el fuego del vino arrasando la garganta, su resaca en el pecho; pensó que su madre estaría pensando en él. Ugo tomó la acordeona y cantaron hasta quedar dormidos: Ciao, ciao, ciao, / morettina bella, ciao, / ma prima di partire / un bacio ti voglio dar… // Mamma mia dammi cento lire, / che in America voglio andar, / che in America voglio andar».
Aquí, otro adolescente, inspirado en el padre de la autora, emigra de Italia a Argentina después de la Primera Guerra Mundial, deja todo un universo para fusionarse a otro. Es ahora el hijo el que se va y la madre que se queda:«Ella preguntó: ¿Regresarás? Y él contestó: En diez años. Después, lo vio marcharse y no hizo un solo gesto. Distinguió, por sobre la distancia que los separaba, los pantalones un poco grandes, el pelo de niño ingobernable, la compostura todavía de un pequeño. Sabía que correría riesgos, pero no dijo una palabra, la mirada detenida allá en la curva que le trabaja al hijo».
La memoria de Stefano, nostálgica y crítica, y tan bellamente escrita, hace que el lector quiera regresar y escribir su propia memoria.
Dice Andruetto: «Si un libro es un modo de conocer, una manera de penetrar en el mundo y buscar el sitio que nos corresponde en él, Stefano me permitió recuperar la sensación de hambre, desarraigo, extrañamiento, de hombres y mujeres que, tal como los que hoy se marchan, ayer llegaban buscando una vida mejor».
Insisto en que estas dos novelas servirán más para aumentar la empatía del que trabaja con migrantes o para quienes deseen comprender más este fenómeno y sumarse o para quien ya haya pasado por una migración; también para crear colecciones de libros que dialoguen y abran conversaciones o pensar en ejercicios de escritura autobiográfica.
Para las personas que atraviesan por esa situación en presente, quizá sea más «seguro» leer palabras que no resuenen tan directamente con su realidad, usando metáforas, como en Eloísa y los bichos (otro título muy querido de Jairo Buitrago y Rafael Yockteng, El Jinete Azul, 2012) o sencillamente cualquier libro esperanzador bien escrito e ilustrado. Algunos dicen que toda historia es la historia de un encuentro, de una búsqueda, de un viaje hacia otra cosa, así que muchísimos libros pueden ser buena oreja.
La escucha entonces traducida en selección de lecturas diversas, para espejear o escapar, para acompañar, compensar, animar, abrir un espacio poético… y un «espacio seguro», esta es la promesa particular de la red internacional impulsada por la académica Evelyn Arizpe,Literatura infantil en contextos críticos de desplazamiento.
«Las historias crean espacios seguros. Para los niños y jóvenes desplazados, las historias traen consuelo, tejen el presente y abren una ventana hacia el futuro», es la idea central de esta red, así se lee en su página. Allí recomiendo especialmente la sección de Herramientas, que contiene una serie de descargables con actividades valiosas para mediadores en contextos difíciles, la mayoría puede adaptarse a las lecturas que, por la pandemia, actualmente se realizan de manera virtual.
En una entrada próxima reseñaré más libros que migran de distintas formas. Como las palabras.
Las palabras migran de la boca a la oreja (la voz es movimiento). La escucha es el destino natural de las palabras. Para Nora Obregón, que también tiene un proyecto de lectura inclusiva llamado Todas las voces, cada encuentro, aunque sea virtual, debe propiciar «un intercambio de haberes y saberes mutuo».
Escuchar para creer… que es posible borrar líneas, pasar la página juntos y nutrir espacios poéticos personales, seguros, mundos internos como hogares que tengan siempre la puerta abierta.
LEEmigramos. Historias que cruzan.
Dos autores de los libros reseñados aquí, Mariana Osorio Gumá y Gonzalo Moure, así como una de las especialistas mencionadas Evelyn Arizpe, participarán en este encuentro organizado por Fundación SM e IBBY México en colaboración con el Centro Cultural España en México (CCEMx) y el Comité de Libros Infantiles y Juveniles de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana. Su objetivo es «sensibilizar sobre las causas y consecuencias del fenómeno migratorio a través de un abanico de actividades lúdicas, literarias y artísticas para niñas, niños, jóvenes, familias y público general». Si lees esta nota después de los eventos puedes verlos grabados en: youtube/ccemx
Estos son los demás libros que también detonarán discusiones o de los que habrá narraciones en voz alta. He reseñado aquí La noche más noche de Sergio Andricaín y Quim Torres y Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio con ilustraciones de Roger Ycaza, ambos de Ediciones El Naranjo.
¿#QuédateEnCasa? ¿Dónde se quedan las personas migrantes?
Decimos #QuédateEnCasa, pero ¿dónde se quedan las personas migrantes? Muchas de ellas a medio camino en su viaje, a punto de llegar, esperando una resolución, pero sin casa, trabajo ni red de apoyo, ¿dónde se quedan las que ni siquiera pueden regresar a casa porque la perdieron o porque no es segura? Más que nunca las personas migrando necesitan nuestro apoyo. Escucha testimonios y lee historias de personas que migran para sensibilizarte de su situación. Contacta a algún albergue en tu localidad y apoya. Aquí algunos albergues, refugios o casas en México. Busca lo que hay en tu país.
Autor: Adolfo Córdova.Ilustración de portada de Karina Cocqpara Al principio viajábamos juntas (Ediciones Castillo, 2019).Fecha original de publicación: 31 de julio de 2020.
Periodista, escritor, investigador y mediador de lectura. Máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil por la U. Autónoma de Barcelona. Jurado de premios de LIJ nacionales e internacionales, miembro de comités editoriales, profesor en instituciones y universidades de México y el extranjero y colaborador de bibliotecas y proyectos comunitarios de promoción lectora. Ha sido becario de la ONU, el FONCA, la Biblioteca Internacional de la Juventud en Múnich, el CEPLI en Cuenca y la Fundación de Cornelia Funke en California. Entre otros reconocimientos ha recibido el Premio Nacional Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2015 y The White Ravens 2017 por su libro El dragón blanco y otros personajes olvidados (FCE, 2016); y el Premio Antonio García Cubas 2019 del INAH al mejor libro y labor editorial, en categoría obra infantil y Los Mejores del Banco del Libro por Jomshuk. Niño y dios maíz (Castillo, 2019). Como antologador ha publicado La hoguera de bronce. Historias de selvas y ciudades (Secretaría de Cultura, 2017), Renovar el asombro. Un panorama de la poesía infantil y juvenil contemporánea en español (UCLM, 2019) y, próximamente, Cajita de fósforos. Antología de poemas sin rima (Ekaré, 2020). En todas sus áreas de especialización le interesa el diálogo directo con niños, niñas y jóvenes. Tiene un blog de periodismo especializado en literatura infanitl y juvenil: linternasybosques.com.
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De niño me gustaba jugar a los desastres naturales, inventar cuentos y pasear en mi triciclo rojo.
Todos los domingos íbamos a la playa. Pero yo prefería los nortes del invierno. O brincar de una roca a otra en la selva de los Tuxtlas y no me importaba nadar en albercas con el agua verde.
Nací a medianoche, en los primeros minutos del 15 de agosto de 1983, en un cuarto de un hospital muy pequeño, que tenía una ventana por la que se veía un almendro. En Veracruz, México.
Espero envejecer como mis abuelos y que alguna vez alguien vuelva a mis libros para volver a su infancia.
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He tomado talleres de crónica, narrativa y literatura infantil y juvenil con María Teresa Andruetto, Teresa Colomer, Marina Colasanti, Daniel Goldin, Brenda Bellorín, Cecilia Silva Díaz, Michèle Petit, Joëlle Turin, Jorge Volpi, Ignacio Padilla, Manuel Peña, Julio Villanueva Chang, Andrea Fuentes Silva, José Luis Martinez Suárez, José Homero, entre otros.
Tengo un máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona. Estudié Ciencias de la Comunicación, enfocado en Periodismo, y un certificado en Literatura en la Universidad de las Américas Puebla con la beca Excelencia Jenkins. Fui editor del periódico universitario y presidente de la asociación ambiental estudiantil.
Mi tesis de licenciatura, dirigida por Ignacio Padilla, fue una propuesta de revista de arte y ambientalismo que me hizo graduarme con Magna Cum Laude, obtener el Premio Estatal de Periodismo Luis Tecuapetla en Puebla y el segundo lugar del Premio Nacional de Trabajos Recepcionales del CONEICC. Una versión muy parecida de la revista fue adoptada por el periódico Reforma para publicarla bimestralmente con el nombre de “Verde” y continúa vigente.
Fui reportero y editor de suplementos especiales del periódico Reforma, donde constituí y edité varias revistas. He publicado mis textos en revistas digitales e impresas como Punto en línea, Picnic, La Peste, Pijama Surf, Letras Explícitas, Registro, México Desconocido, Revista Había Una Vez, Cuatrogatos, Ventana de Papel, Ciclo y Genial y Like (revistas y secciones infantiles y juveniles del periódico Reforma).
Fui elegido por el Banco Interamericano de Desarrollo como periodista representante de Latinoamérica para la cobertura del Primer Foro de Crecimiento Verde celebrado en Seúl, Corea del Sur; por las Naciones Unidas para cursar talleres de periodismo ambiental en Indonesia y Panamá; y por la embajada de Israel en México como periodista represente de Latinoamérica en la Conferencia de Tecnologías del Agua PRE WATEC en Tel Aviv.
Vivo en la ciudad de México desde el 2008. Escribo de viajes, medio ambiente y LIJ para el periódico Reforma.
Trabajo con grupos de promoción de lectura en primarias y en la Biblioteca Vasconcelos, y soy fundador de la biblioteca comunitaria BRINCO-Lectura.
Soy miembro de la Red Internacional de Investigación Universitaria en LIJ, por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. He impartido talleres y ponencias en diversos congresos y encuentros, y soy profesor invitado en los cursos de LIJ de la Universidad Nacional Autónoma de México y en A Leer/IBBY México.
También colaboro con la Dirección General de Publicaciones del CONACULTA, la revista chilena Había Una Vez y la Fundación Cuatrogatos.
Además soy educador ambiental certificado por el CECADESU.
Ha sido becario de la ONU (2010) y el programa Jóvenes Creadores del FONCA en dos ocasiones (2013-2014; 2018-2019); realizado estancias de investigación en la Biblioteca Internacional de la Juventud en Múnich (2017) y el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil, CEPLI, en Cuenca (2017), y residencias artísticas en el Centro de las Artes de San Agustín, Oaxaca (2018) y en California con la Fundación de Cornelia Funke (2019, 2020).
Querido Adolfo Córdova, aquí en Saltillo, los Migrantes, José Luis y yo estuvimos muy contentos con tu acompalamiento, tus lecturas y tu conversación.
Y una vez más mi tema de protecto se refleja.
«La lectura como herramienta para fortalecer la RESILIENCIA en los migrantes»
que en estos tiempos es fortalecer la resilencia no solo en los migrantes, sino en toda la humanidad
Muchas gracias querido Adolfo por tu comprometida labor y por incluir nuestras experiencias. Qué buena selección de libros acompañada de tus maravillosas reseñas. Siempre aprendemos tanto de tus entradas. Me encanta que un escritor tan sensible y tan completo, de voz a las poblaciones que migran.
Nora querida, muchísimas gracias a ti por la entrevista y toda la información que me compartiste. Somos muchos los que admiramos y seguimos tu trabajo tan verdaderamente humano. Ojalá que más gente que lea la nota se sume al apoyo y a la escucha para visibilizar el tema y que quienes ya lo hacen encuentren quizá algún libro o idea que los ayude en su práctica. ¡Abrazo enorme y, de nuevo, muchas gracias!
Blog de lectura crítica y periodismo especializado en literatura infantil y juvenil.
Soy Adolfo Córdova Ortiz, escritor, periodista, investigador y mediador de lectura independiente. Cursé el Máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona en 2012-2013 y en enero de 2014 lancé este blog. He sido becario de la ONU, el FONCA, la Biblioteca Internacional de la Juventud de Múnich, el CEPLI-UCLM y la Fundación de Cornelia Funke. Colaboro con diversos medios impresos y digitales e instituciones de fomento a la lectura. Soy profesor invitado en cursos presenciales y en línea de varias universidades y he sido jurado de premios de LIJ nacionales e internacionales. He publicado libros y antologías para niños, niñas y jóvenes y para mediadores. Todas las entradas en este blog, salvo las etiquetadas como «Expertos invitados», son de mi autoría. ¡Bienvenid@s!
Blog ganador del Premio Latinoamericano de LIJ «La Hormiguita Viajera» 2016
Otorgado por la Biblioteca Popular Madre Teresa, Prov. de Buenos Aires, Argentina.
Mis libros
Cataplum, 2022. Los mejores libros para niños de la Biblioteca Pública de Nueva York 2022. Ilustraciones seleccionadas en el Nami Concours 2023 de Corea del Sur.
Casa Gallina, 2022. Descarga gratuita. Clic en la imagen.
Ekaré, 2021. Los mejores del Banco del Libro de Venezuela 2022, Recomendado Premio Fundación Cuatrogatos 2022, The White Ravens 2022.
Ekaré, 2020. Premio Bologna Ragazzi de poesía 2021. Los Mejores del Banco del Libro 2021. Premio Fundación Cuatrogatos 2022. Selección OEPLI 2022.
FCE, 2020. Premio Los Mejores del Banco del Libro de Venezuela 2021. Recomendado por la Fundación Cuatrogatos.
Alboroto Ediciones, 2019. Postulado a Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes 2020 del Banco del Libro. Recomendado Premio Fundación Cuatrogatos 2021. Favorito del Comité Lector de IBBY México en su Guía de Libros Infantiles y Juveniles 2021. Seleccionado para la Biblioteca SEP Centenaria 2022 en edición bilingüe Maya-Español.
Ediciones Castillo, 2019. Mención Honorífica del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2015, en categoría poesía infantil. Premio Antonio García Cubas 2019 del INAH al mejor libro en categoría obra infantil. Mención Honorífica del Premio de Ilustración del Festival de Lectura de Sharjah en Emiratos Árabes 2019. Favorito del Comité Lector de IBBY México en su Guía de Libros Infantiles y Juveniles 2020. Recomendado del Premio Fundación Cuatrogatos 2020. Premio Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes del Banco del Libro 2020. The BRAW Amazing Bookshelf 2022 a los 100 mejores libros de la Feria del Libro de Bologna. Seleccionado para la Biblioteca SEP Centenaria 2022 en edición bilingüe Nuntajiiyi-Español.
CEPLI-UCLM, 2019.
Secretaría de Cultura, 2017. Postulado a Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes 2018 del Banco del Libro. Seleccionado Programa Nacional de Salas de Lectura 2018. Seleccionado en Guía de Libros Infantiles y Juveniles de IBBY México 2020.
Fondo de Cultura Económica, 2016. Beca Jóvenes Creadores FONCA 2013-2014. Premio Nacional Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2015. Seleccionado SEP 2016. Seleccionado The White Ravens 2017 de la Biblioteca Internacional de la Juventud. Finalista Premio Fundación Cuatrogatos 2018. Premio Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes del Banco del Libro 2018. Programa Nacional de Salas de Lectura 2018.
Secretaría de Cultura, 2016.
Pearson, 2015. Postulado a Los mejores libros para niños y jóvenes 2016 del Banco del Libro. Guía de libros recomendados de IBBY México 2017 y Recomendado en el Premio Fundación Cuatrogatos 2017.
Querido Adolfo Córdova, aquí en Saltillo, los Migrantes, José Luis y yo estuvimos muy contentos con tu acompalamiento, tus lecturas y tu conversación.
Y una vez más mi tema de protecto se refleja.
«La lectura como herramienta para fortalecer la RESILIENCIA en los migrantes»
que en estos tiempos es fortalecer la resilencia no solo en los migrantes, sino en toda la humanidad
Muchas gracias querido Adolfo por tu comprometida labor y por incluir nuestras experiencias. Qué buena selección de libros acompañada de tus maravillosas reseñas. Siempre aprendemos tanto de tus entradas. Me encanta que un escritor tan sensible y tan completo, de voz a las poblaciones que migran.
Nora querida, muchísimas gracias a ti por la entrevista y toda la información que me compartiste. Somos muchos los que admiramos y seguimos tu trabajo tan verdaderamente humano. Ojalá que más gente que lea la nota se sume al apoyo y a la escucha para visibilizar el tema y que quienes ya lo hacen encuentren quizá algún libro o idea que los ayude en su práctica. ¡Abrazo enorme y, de nuevo, muchas gracias!