A continuación encontrarás enlaces a estudios de posgrado, seminarios y otros cursos en los que participo y cuya convocatoria está abierta.
Un mapa de Nunca Jamás / Laboratorio Emilia
Yo, mediador / Troquel
Máster en Libros y LIJ / UAB
Ha nacido una estrella / Anatarambana
Próximas presentaciones:
Por acá ando como en tres pistas: presentando mis libros, impartiendo talleres para niños, niñas y jóvenes y dando charlas a especialistas.
36 Congreso Internacional de IBBY
Congreso Internacional de Lectura IBBY Cuba
Feria del Libro de Minería
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Colaboraciones:
Instituciones de las que he recibido apoyo para investigación o becas de creación artística o con las que colaboro como lector voluntario, consultor o profesor.
Maestra contemporánea del cuento de hadas, Marina Colasanti, también poeta, pintora y periodista, ha sido reconocida con el prestigioso Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil. En esta entrevista, […]
Maestra contemporánea del cuento de hadas, Marina Colasanti, también poeta, pintora y periodista, ha sido reconocida con el prestigioso Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil. En esta entrevista, que recupero del archivo del blog, comparte cómo descubrió la literatura universal, a muy corta edad y por accidente; los juegos de infancia al lado de su hermano, en medio de mudanzas, amigos imaginarios y guerras; y algunas claves de su trabajo como cuentista. Cada respuesta la retrata como una autora cercana y respetuosa de los lectores, que ha sido reconocida por el jurado del Premio precisamente por «la calidad literaria de su obra expresada en el rico lenguaje poético, el elogio a la fantasía y el uso y dominio de lo simbólico; por la relectura valorativa del cuento de hadas, así como por la construcción de personajes profundos, bien consolidados y con un gran mundo interior».
‘¿Las serpientes se enroscarán en las ruedas de nuestras bicicletas?’
Ilustración de Marina Colasanti para su cuento: «El castillo que se va».Nieve y bosque. Los caballos galopan al límite, arrastran el trineo en el que va la niña. Los lobos están muy cerca. Ella mira hacia atrás, su capa hondea como un látigo entre las dentelladas. ¡Más rápido! No es suficiente, tras un último impulso, un lobo salta dentro del trineo. ¡Ella salta también!, hacia el frente, intenta montar uno de los caballos pero cae con un grito… sobre el sillón de terciopelo azul.Su abuela despierta de la siesta con ese grito. ¡Marina!, le dice. Pero esa no era Marina, era una niña rusa que escapaba de una jauría de lobos hambrientos, una piel-roja escondida en una cueva, una pirata sumergida en el mar, una exploradora, una náufraga, una viajera, una contadora de historias de otro tiempo.Desde niña, Marina Colasanti es otra, otras, muchas.Su infancia se divide en tres, como tres son las pruebas que pasan los héroes en los cuentos de hadas. África, Europa y América.Nació en 1937 en Asmara, la capital de un país muy pequeño, Eritrea, antiguo dominio italiano y vecino bélico de Etiopía. A los cuatro años de edad, y en plena guerra, su familia se muda a Roma. Luego, a los 11 años, vuelan para siempre a Río de Janeiro. Entonces sus juegos se llenarán de selva: “¿Será que podremos andar en bicicleta en el jardín o las serpientes se enroscarán en las ruedas?”, se preguntan su hermano, Arduino, y ella antes de partir.En su autobiografía de la infancia, Mi guerra ajena (Babel, 2013), Marina cuenta que un día, para satisfacer las ansias del viaje a Brasil que se demoraba en llegar, su madre les regaló dos plátanos, escasos y caros en aquella época. No era raro comerlos en África, pero ya hacía tanto que no probaban uno.Mares y tesoros. Al pie de una ventana en el cuarto de su abuela, Arduino y ella comen muy lentamente cada plátano, y cuando no hay más, raspan las cáscaras con los dientes hasta dejarlas translúcidas. Selva, monos, guacamayas, y plátanos. En Brasil habrá montones.Pero Marina pudo no haber volado a Brasil (¿sería hoy otra mujer italiana, muy distinta, radicada en Roma?), su papá decidió de pronto que ella se quedaría con su abuela, para acompañarla. Eso Marina lo supo muchos años después. En aquel momento, su padre dijo que ella no podía ir a Brasil porque allí no había dentistas calificados para continuar el tratamiento odontológico contra sus caninos rebeldes.Marina era una niña decidida, y luchó.Año 1947 o 48. Marina con su madre, en la casa de su familia en Roma. poco antes de mudarse a Brasil.Le parecía que hacía falta un milagro para cambiar la opinión de su padre, así que fue con su abuela a una iglesia donde tenían una imagen de Nuestra Señora de Lourdes y le prometió dejar de comer postre hasta que la dejaran viajar. Ni un pedacito de fruta aceptaba, aunque le rogaran. Y para ayudar un poco a la Virgen, también le escribió una carta a su padre.Marina no cuenta qué le decía exactamente en la carta, pero meses más tarde llegó la respuesta del padre. Decía que había encontrado un buen dentista en Brasil.Montañas, secretos. Como personaje de cuento, Marina había pasado las pruebas y voló al tercer continente, con su cuaderno marrón, sin su teatro de marionetas, a la conquista de una tierra lejana y exótica. Como en una de las novelas que leía, de Stevenson, de Verne, de Salgari. Niña convertida en ave. Lluvias torrenciales, plátanos en abundancia, tigres, rayos.
‘No queríamos hacer nada más que leer y seguir leyendo’
¿A qué jugabas cuando eras niña?
Hasta los ocho años mi niñez estuvo inmersa en el ambiente muy especial de la Segunda Guerra Mundial. Así que fue una niñez casi sin compañía de otros niños, mientras nos trasladábamos de una ciudad a otra, de una casa a otra. Éramos tan solo mi hermano, un año más grande, y yo. Para llenar tanta soledad, tuvimos dos amigos imaginarios, también una pareja de hermanos, que fueron nuestros compañeros de aventuras a lo largo de un año o dos.Se llamaban Nino y Pía. De dónde sacamos esos nombres, no tengo idea.Cuando era posible inventábamos aventuras en la nieve y en la naturaleza. Casi no tuvimos juguetes, no eran tiempos para eso. Me acuerdo que tuve una única muñeca. Pero leíamos muchísimo, y de las historias de los libros inventábamos otras historias. Nuestra soledad terminó después del final de la Guerra, y entonces tuvimos amigos y fuimos pielesrrojas (mi nombre en la tribu era Sole Ridente, Sol Risueño). Hasta venir a Brasil, donde, otra vez solos, jugamos mucho a Tarzán en el inmenso parque que pertenecía a mi familia. Pero entonces ya tenía 10 años, y luego dejé de jugar.
¿Por qué dejaste de jugar?
Porque después de ese periodo de Tarzán y de exploración de la naturaleza, ya leía cosas de grandes y tenía que tratar de adaptarme a una nueva cultura, una nueva lengua, una nueva escuela. Y luego pasé un año interna en un colegio de monjas, y ahí lo último que podía pensar era en jugar. Por eso me ubicaba tan bien en la imaginación.
¿Cuál es tu primera historia de lectura?
Tenía poco más de 6 años (me alfabeticé a los 5), y mis padres, para entretenernos, pues recién llegábamos a una nueva ciudad donde no conocíamos a nadie, nos regalaron una colección de clásicos adaptados para la juventud. No eran para los más chiquitos. Nuestros padres se equivocaron. Y fue una suerte y una dicha. ¡Descubrimos la literatura universal! No lo entendíamos todo, pero lo que entendíamos era tan estupendo que fue una revelación, una epifanía. No queríamos hacer nada más que leer y seguir leyendo.
‘Los cuentos de hadas no pertenecen al género infantil y juvenil’
Principio de los años 60, en Ipanema. Marina estudia Bellas Artes, quiere ser pintora.Marina empezó otra vida en Brasil. Ya convertida en una joven vivaz de cabello corto, decidió estudiar Bellas Artes, pero luego trabajó de periodista y presentadora de televisión… hasta que descubrió los cuentos de hadas.O ellos la descubrieron a ella. Así lo cuenta en una entrevista realizada por Galia Ospina para la revista Babar: “Un día tuve un espacio a rellenar (en el periódico en el que laboraba), pero nada para poner; ni un juego, ni un dibujo, nada. Entonces pensé que a lo mejor podría trabajar con un cuento clásico, escribirlo otra vez cambiando el orden y pidiéndoles a los niños lectores que lo arreglaran. Yo misma haría la ilustración. Elegí La Bella Durmiente, que todos los niños conocen. Pero de regreso a casa, cuando comencé a escribir, poco a poco me salió otra historia, un cuento de hadas que titulé Siete años, y siete más. ¡Quedé estupefacta! Había entrado en la cueva de Alí Baba, y decidí inmediatamente que no la quería dejar. Pero no sabía la palabra mágica, no sabía cómo había logrado entrar en ese otro universo. Tuve que trabajar internamente para descubrirlo.”Y así lo hizo. Entró más de cien veces a esa cueva. En marzo de 2015, en el Salón del Libro de París, con Brasil como país invitado de honor, se presentó el primer libro que reunió todos los cuentos de hadas que había escrito hasta entonces: 117, e ilustrados por ella.Marina hoy publica poesía, da conferencias, firma libros, descansa en su casa de la montaña con su marido, Affonso Romano de Sant’Anna (también escritor y periodista), camina por la playa de Río, entrevista a la mujer que vende las frutas, se ríe mucho, adopta pichones que cayeron de su nido, platica con cualquier lector que se le acerque, pinta y habla con las hadas. Conocí primero su voz. Fue en Bogotá, en el Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil (Cilelij). También entonces la leí por primera vez, pero en voz de Maria Teresa Andruetto. En un día de campo literario organizado por el congreso, Andruetto leyó el cuento de Marina, “Como un collar”. Veía a Marina, callada y sonriente, con un broche plateado y un suéter azul rey. La voz en sus cuentos de hadas me parecía que la describía de principio a fin, a ella también, como a un personaje de su escritura. Luego la oí cuestionar ¿qué era lo real? ¿quién medía lo fantástico? ¿no era mágico también transformarse de bebé a mujer?Marina cerca de los 2 años de edad en Trípoli, Libia.La fantasía había sido su refugio en la guerra, la fantasía es un sitio real.La vi por segunda vez en Buenos Aires. Y otra vez al lado de María Teresa Andruetto, en la conferencia inaugural de las Jornadas Internacionales de LIJ. Estaba ahí por casualidad y tomé un taller con ella. Cabello rojo, suéter verde. Biblioteca, bosque.Los cuentos de hadas no pertenecen al género infantil y juvenil, es un error generalizado. El valor de un cuento de hadas es su posibilidad de muchísimas lecturas, para cualquier edad, decía.Habló de los cuentos de hadas con un misticismo que provocaba un silencio profundo en el salón. Dijo que mientras escribía cuentos de hadas no podía escribía nada más que eso. Sentía una voz de otro tiempo llevarla a lugares que no entendía cómo podía conocer. Sus hijas le habían regalado una edición exquisita de los cuentos de los Hermanos Grimm. Le parecía un objeto precioso, pero no quería leerlos. Temía contaminar su arte.
¿Por qué escribes cuentos de hadas?
No salí a buscarlos. Me llegaron, o me llamaron. Y si te metes con ellos, ya no es posible abandonarlos. Escribir cuentos de hadas es una experiencia de pura emoción, como si cada uno fuera un regalo de los dioses.
¿Qué tienen los cuentos de hadas que fascinan?
Los cuentos de hadas nos fascinan porque nacen de fuentes míticas, están conectados con los sentimientos más hondos del alma humana.
¿Cuál es tu cuento favorito?
De niña me encantaba La Sirenita, es una bellísima historia de amor (muy anterior a Andersen), que analicé en un ensayo. Pero fue contaminada por el terrible espíritu dulzón de Disney. Hoy me gusta mucho Barba Azul, que habla del enfrentamiento entre crueldad e inocencia.
¿Por qué los clásicos?
Si no leemos los clásicos perdemos nuestra génesis literaria, perdemos nuestra historia, un trance por el pasado que sigue siendo muy necesario, importante.
‘Quiero un lenguaje palpitante como una vena’
Ilustración de Marina Colasanti para su cuento «Como un collar».Marina ha sido reconocida porque el tono de sus cuentos de hadas se acerca tanto al de los clásicos que uno cree estar leyendo un manuscrito de hace 300 años, encontrado recientemente. Y también por llevar más al centro, en esa tradición, a protagonistas mujeres.Es una escritora feliz con su obra. Castillos, amuletos. Se conmueve con sus textos, se le pone la piel de gallina; sonríe cuando encuentra la frase justa, se ríe y golpea la mesa si da con su desenlace perfecto. Y sigue escribiendo.Una idea toda azul, su primer libro de hadas, fue nombrado el Mejor Libro para Jóvenes de la Fundación Nacional del Libro Infantil y Juvenil de Brasil en 1979. Lejos como mi quererganó el Premio Norma-Fundalectura en 1996 y en 2010 Passageira em trânsito, obtuvo el Premio Jabuti en la categoría poesía. Y, sin embargo, es muy difícil conseguir sus libros en México. Confiamos en que esto cambie con su reconocimiento reciente, el mayor para un autor de LIJ en Iberoamérica: el Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil 2017.En conferencia de prensa tras recibirlo dijo que la noticia significaba para ella «el coronamiento de toda una vida de trabajo», y también dejó claros algunos de sus principios como escritora: “No intento ir en búsqueda de lo que quieren leer los lectores, sino escribir lo que quiero escribir y desear que les guste, porque cuando le da uno a los niños lo que ellos quieren, es verdad que no les das nada, tan solo distracción y diversión, pero no es mi tarea divertir, mi tarea es emocionar, hacer pensar, abrir interrogantes, esa es mi tarea”.El galardón será entregado el próximo 28 de diciembre, en la FIL, Guadalajara. Los ganadores anteriores de este premio han sido Juan Farias (España, 2005), Gloria Cecilia Díaz (Colombia, 2006), Montserrat del Amo y Gili (España, 2007), Bartolomeu Campos de Queirós (Brasil, 2008), María Teresa Andruetto (Argentina, 2009), Laura Devetach (Argentina, 2010), Agustín Fernández Paz (España, 2011), Ana María Machado (Brasil, 2012), Jordi Sierra i Fabra (España, 2013), Ivar Da Coll (Colombia, 2014), Antonio Malpica (México, 2015) y María Cristina Ramos (Argentina, 2016).
¿Qué buscas cuando escribes?
Lo que busco cuando escribo es mi propia emoción. Si una historia no me emociona, tampoco me interesa, y no la escribo. Y estoy siempre en la búsqueda de la calidad máxima del lenguaje (máxima, seguro, dentro de mis posibilidades). Quiero darle al lector, de cualquier edad, palabras frescas como si fueran nuevas, puestas una al lado de la otra de para crear alguna sorpresa, para establecer una vibración vital. Quiero un lenguaje palpitante como una vena.
¿Cómo se consigue que un niño ame los libros?
Amándolos cerca de él, frente a él, con él. Sembrando libros en su cotidiano, que estén presentes, cerca de sus manos y de su deseo.
¿Qué te sorprendía de niña? ¿Qué te sorprende hoy?
Con una vida siempre al borde de cambios, necesitando constantemente conocer y ambientarme en nuevos países, nuevas ciudades, nuevas situaciones, creo que fui una niña muy atenta. Pero no sorprendida. La belleza y los mecanismos de la naturaleza siguen sorprendiéndome, pero no es exactamente sorpresa, sino encantamiento. No me sorprendo. Intento entender.Igual que los árboles, las hadas no han cambiado, son las mismas desde hace siglos. Siguen transformándose en lo que quieran. Viven entre los bosques y las selvas, bajo el agua, en cuevas. A veces van de un continente a otro, cuentan historias, publican libros. Marina dice que no se sorprende, ella vive en el encantamiento. Desde niña escribe, juega, es otra, otras. Nieve, lobos.
PARA LEER A MARINA
Con silbo de serpiente, la flecha lo alcanzó. Un estremecimiento, un volar de plumas y sangre, un rasgar de carnes. Atravesado el cuerpo gris, ni siquiera así se aplacó el hambre de la punta de hierro. Que avanzó aún más. Y fue a clavarse en el corazón de la princesa. Se agitan al viento las negras ramas. Caída sobre la nieve, deshecho el capullo del chal, la princesa cierra lentamente los ojos que había demorado tanto en abrir. Pero de la herida en el pecho del palomo rueda una perla, después otra, otra más. Catorce perlas escurren como gotas sobre el albo cuello de la princesa. Y, preciosas, anidan alrededor de su garganta. Como un collar. (Fragmento del cuento «Como un collar» en Entre la espada y la rosa,Babel, 2007).La musicalidad en los cuentos de hadas de Marina Colasanti hipnotiza. Sus historias y su lenguaje parecen de otra época, la de los hermanos Grimm o la de Andersen, fluyen con una ligereza seductora, etérea, que deja con ganas de más. Igual que en los cuentos clásicos, sus personajes se enfrentan al abandono, a la muerte, a la pérdida del padre o la madre, a la fortuna, a la pobreza… y tienen esa cualidad binaria y arquetípica de “buenos y malos” cuya eficacia en el desarrollo de una historia es indiscutible y que, con la prosa poética de Colasanti, fascinan una y otra vez.
Periodista, escritor, investigador y mediador de lectura. Máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil por la U. Autónoma de Barcelona. Jurado de premios de LIJ nacionales e internacionales, miembro de comités editoriales, profesor en instituciones y universidades de México y el extranjero y colaborador de bibliotecas y proyectos comunitarios de promoción lectora. Ha sido becario de la ONU, el FONCA, la Biblioteca Internacional de la Juventud en Múnich, el CEPLI en Cuenca y la Fundación de Cornelia Funke en California. Entre otros reconocimientos ha recibido el Premio Nacional Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2015 y The White Ravens 2017 por su libro El dragón blanco y otros personajes olvidados (FCE, 2016); y el Premio Antonio García Cubas 2019 del INAH al mejor libro y labor editorial, en categoría obra infantil y Los Mejores del Banco del Libro por Jomshuk. Niño y dios maíz (Castillo, 2019). Como antologador ha publicado La hoguera de bronce. Historias de selvas y ciudades (Secretaría de Cultura, 2017), Renovar el asombro. Un panorama de la poesía infantil y juvenil contemporánea en español (UCLM, 2019) y, próximamente, Cajita de fósforos. Antología de poemas sin rima (Ekaré, 2020). En todas sus áreas de especialización le interesa el diálogo directo con niños, niñas y jóvenes. Tiene un blog de periodismo especializado en literatura infanitl y juvenil: linternasybosques.com.
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De niño me gustaba jugar a los desastres naturales, inventar cuentos y pasear en mi triciclo rojo.
Todos los domingos íbamos a la playa. Pero yo prefería los nortes del invierno. O brincar de una roca a otra en la selva de los Tuxtlas y no me importaba nadar en albercas con el agua verde.
Nací a medianoche, en los primeros minutos del 15 de agosto de 1983, en un cuarto de un hospital muy pequeño, que tenía una ventana por la que se veía un almendro. En Veracruz, México.
Espero envejecer como mis abuelos y que alguna vez alguien vuelva a mis libros para volver a su infancia.
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He tomado talleres de crónica, narrativa y literatura infantil y juvenil con María Teresa Andruetto, Teresa Colomer, Marina Colasanti, Daniel Goldin, Brenda Bellorín, Cecilia Silva Díaz, Michèle Petit, Joëlle Turin, Jorge Volpi, Ignacio Padilla, Manuel Peña, Julio Villanueva Chang, Andrea Fuentes Silva, José Luis Martinez Suárez, José Homero, entre otros.
Tengo un máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona. Estudié Ciencias de la Comunicación, enfocado en Periodismo, y un certificado en Literatura en la Universidad de las Américas Puebla con la beca Excelencia Jenkins. Fui editor del periódico universitario y presidente de la asociación ambiental estudiantil.
Mi tesis de licenciatura, dirigida por Ignacio Padilla, fue una propuesta de revista de arte y ambientalismo que me hizo graduarme con Magna Cum Laude, obtener el Premio Estatal de Periodismo Luis Tecuapetla en Puebla y el segundo lugar del Premio Nacional de Trabajos Recepcionales del CONEICC. Una versión muy parecida de la revista fue adoptada por el periódico Reforma para publicarla bimestralmente con el nombre de “Verde” y continúa vigente.
Fui reportero y editor de suplementos especiales del periódico Reforma, donde constituí y edité varias revistas. He publicado mis textos en revistas digitales e impresas como Punto en línea, Picnic, La Peste, Pijama Surf, Letras Explícitas, Registro, México Desconocido, Revista Había Una Vez, Cuatrogatos, Ventana de Papel, Ciclo y Genial y Like (revistas y secciones infantiles y juveniles del periódico Reforma).
Fui elegido por el Banco Interamericano de Desarrollo como periodista representante de Latinoamérica para la cobertura del Primer Foro de Crecimiento Verde celebrado en Seúl, Corea del Sur; por las Naciones Unidas para cursar talleres de periodismo ambiental en Indonesia y Panamá; y por la embajada de Israel en México como periodista represente de Latinoamérica en la Conferencia de Tecnologías del Agua PRE WATEC en Tel Aviv.
Vivo en la ciudad de México desde el 2008. Escribo de viajes, medio ambiente y LIJ para el periódico Reforma.
Trabajo con grupos de promoción de lectura en primarias y en la Biblioteca Vasconcelos, y soy fundador de la biblioteca comunitaria BRINCO-Lectura.
Soy miembro de la Red Internacional de Investigación Universitaria en LIJ, por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. He impartido talleres y ponencias en diversos congresos y encuentros, y soy profesor invitado en los cursos de LIJ de la Universidad Nacional Autónoma de México y en A Leer/IBBY México.
También colaboro con la Dirección General de Publicaciones del CONACULTA, la revista chilena Había Una Vez y la Fundación Cuatrogatos.
Además soy educador ambiental certificado por el CECADESU.
Ha sido becario de la ONU (2010) y el programa Jóvenes Creadores del FONCA en dos ocasiones (2013-2014; 2018-2019); realizado estancias de investigación en la Biblioteca Internacional de la Juventud en Múnich (2017) y el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil, CEPLI, en Cuenca (2017), y residencias artísticas en el Centro de las Artes de San Agustín, Oaxaca (2018) y en California con la Fundación de Cornelia Funke (2019, 2020).
¡Bravo! Bellísima Marina, y bellísimos esta entrevista y tus comentarios, Adolfo. «Elogio a la fantasía», dice el jurado. Vaya, quizá en la medida en que más autores extraordinarios como la propia Marina obtengan su grandeza desde los reinos imaginativos la academia dejará de odiar o humillar tan sostenidamente la imaginación, aunque sea por desgaste. ¡Esperemos! Y sigamos resistiendo mientras tanto, así sea con dedos ensagrentados al borde de los riscos.
Es una lástima que aquí sea tan difícil conseguir libros de la autora. Espero de todo corazón que su compilación de cuentos de hadas se traduzca al español (no sé si se ha hecho ya) y circule por toda Latinoamérica. Los necesitamos tanto en estos tiempos oscuros y miserables que es de no creer.
En fin, gracias por compartirnos un trabajo tan hermoso, como siempre.
Un abrazo.
Me encanta cómo describe ese momento en el que se descubre escribiendo un cuento…la cueva de Alí Babá, el hallazgo.
¡A mí también! Es bellísima la imagen pero además le imprime seriedad y encantamiento a la tarea de escribir un cuento de hadas. ¡Saludos!
Blog de lectura crítica y periodismo especializado en literatura infantil y juvenil.
Soy Adolfo Córdova Ortiz*, escritor, periodista, investigador y mediador de lectura independiente. Cursé el Máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona en 2012-2013 y en enero de 2014 lancé este blog. He sido becario de la ONU, el FONCA, la Biblioteca Internacional de la Juventud de Múnich, el CEPLI-UCLM y la Fundación de Cornelia Funke. Colaboro con diversos medios impresos y digitales e instituciones de fomento a la lectura. Soy profesor invitado en cursos presenciales y en línea de varias universidades y he sido jurado de premios de LIJ nacionales e internacionales. He publicado libros y antologías para niños, niñas y jóvenes y para mediadores. Todas las entradas en este blog, salvo las etiquetadas como «Expertos invitados», son de mi autoría. ¡Bienvenid@s!
*Beneficiario del Sistema Nacional de Creadores de Arte (2022-2025) del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC).
Blog ganador del Premio Latinoamericano de LIJ «La Hormiguita Viajera» 2016
Otorgado por la Biblioteca Popular Madre Teresa, Prov. de Buenos Aires, Argentina.
Mis libros
Cataplum, 2022. Los mejores libros para niños de la Biblioteca Pública de Nueva York 2022. Ilustraciones seleccionadas en el Nami Concours 2023 de Corea del Sur.
Casa Gallina, 2022. Descarga gratuita. Clic en la imagen.
Ekaré, 2021. Los mejores del Banco del Libro de Venezuela 2022, Recomendado Premio Fundación Cuatrogatos 2022, The White Ravens 2022.
Ekaré, 2020. Premio Bologna Ragazzi de poesía 2021. Los Mejores del Banco del Libro 2021. Premio Fundación Cuatrogatos 2022. Selección OEPLI 2022.
FCE, 2020. Premio Los Mejores del Banco del Libro de Venezuela 2021. Recomendado por la Fundación Cuatrogatos.
Alboroto Ediciones, 2019. Postulado a Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes 2020 del Banco del Libro. Recomendado Premio Fundación Cuatrogatos 2021. Favorito del Comité Lector de IBBY México en su Guía de Libros Infantiles y Juveniles 2021. Seleccionado para la Biblioteca SEP Centenaria 2022 en edición bilingüe Maya-Español.
Ediciones Castillo, 2019. Mención Honorífica del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2015, en categoría poesía infantil. Premio Antonio García Cubas 2019 del INAH al mejor libro en categoría obra infantil. Mención Honorífica del Premio de Ilustración del Festival de Lectura de Sharjah en Emiratos Árabes 2019. Favorito del Comité Lector de IBBY México en su Guía de Libros Infantiles y Juveniles 2020. Recomendado del Premio Fundación Cuatrogatos 2020. Premio Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes del Banco del Libro 2020. The BRAW Amazing Bookshelf 2022 a los 100 mejores libros de la Feria del Libro de Bologna. Seleccionado para la Biblioteca SEP Centenaria 2022 en edición bilingüe Nuntajiiyi-Español.
CEPLI-UCLM, 2019.
Secretaría de Cultura, 2017. Postulado a Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes 2018 del Banco del Libro. Seleccionado Programa Nacional de Salas de Lectura 2018. Seleccionado en Guía de Libros Infantiles y Juveniles de IBBY México 2020.
Fondo de Cultura Económica, 2016. Beca Jóvenes Creadores FONCA 2013-2014. Premio Nacional Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2015. Seleccionado SEP 2016. Seleccionado The White Ravens 2017 de la Biblioteca Internacional de la Juventud. Finalista Premio Fundación Cuatrogatos 2018. Premio Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes del Banco del Libro 2018. Programa Nacional de Salas de Lectura 2018.
Secretaría de Cultura, 2016.
Pearson, 2015. Postulado a Los mejores libros para niños y jóvenes 2016 del Banco del Libro. Guía de libros recomendados de IBBY México 2017 y Recomendado en el Premio Fundación Cuatrogatos 2017.
¡Bravo! Bellísima Marina, y bellísimos esta entrevista y tus comentarios, Adolfo. «Elogio a la fantasía», dice el jurado. Vaya, quizá en la medida en que más autores extraordinarios como la propia Marina obtengan su grandeza desde los reinos imaginativos la academia dejará de odiar o humillar tan sostenidamente la imaginación, aunque sea por desgaste. ¡Esperemos! Y sigamos resistiendo mientras tanto, así sea con dedos ensagrentados al borde de los riscos.
Es una lástima que aquí sea tan difícil conseguir libros de la autora. Espero de todo corazón que su compilación de cuentos de hadas se traduzca al español (no sé si se ha hecho ya) y circule por toda Latinoamérica. Los necesitamos tanto en estos tiempos oscuros y miserables que es de no creer.
En fin, gracias por compartirnos un trabajo tan hermoso, como siempre.
Un abrazo.
Me encanta cómo describe ese momento en el que se descubre escribiendo un cuento…la cueva de Alí Babá, el hallazgo.
¡A mí también! Es bellísima la imagen pero además le imprime seriedad y encantamiento a la tarea de escribir un cuento de hadas. ¡Saludos!