Palabras cantadas, una experiencia artística y educativa, por Laura Szwarc
«Es en la poesía y en las letras de las canciones donde queda visible que el lenguaje es, en potencia, una ‘morada del ser’, un lugar de encuentro», escribe Laura […]
Expediciones a la literatura infantil y juvenil
«Es en la poesía y en las letras de las canciones donde queda visible que el lenguaje es, en potencia, una ‘morada del ser’, un lugar de encuentro», escribe Laura […]
«Es en la poesía y en las letras de las canciones donde queda visible que el lenguaje es, en potencia, una ‘morada del ser’, un lugar de encuentro», escribe Laura Szwarc en este texto invitado, extraído de su libro Palabras cantadas, con el que celebramos el Día Mundial de la Poesía: 21 de marzo.
Decir «cantar la palabra» igual que decimos «escribir poesía» o «resistir la censura y el encierro» o «abrir una habitación propia en la que quepa uno y más de uno» o «salir de un mundo cerrado y habitar muchos otros, con otros». Así se hermanan estos universos después de leer a Laura y conocer esta experiencia artística y educativa realizada en el “Centro de Recepción Malvinas Argentina – Pablo Nogues”, Provincia de Buenos Aires, con jóvenes entre 16 y 20 años.
Como afirma Ezequiel Sozzi, director de este centro de detención, lo que hizo Szwarc con sus talleres de creación y canción fue levantar una palabra inesperada sobre el embargo. Traducir esta experiencia en un libro (Ediciones Las parientas, 2015) es en sí mismo otro acto político contra la indiferencia y omisión con las que suelen desdibujarse del retrato social estos sitios de detención, y un acto político a favor de la dignificación de estos jóvenes estigmatizados, de la transformación de cualquier espacio opresor, concreto o simbólico.
Sobre el libro y a propósito de una entrevista a Laura Szwarc, la periodista Candelita Gómez dice:
«La publicación de Palabras cantadas se permite un manifiesto y por qué no, si desde el principio, ya en sus condiciones formales se presenta diferente a los materiales vinculados a la poesía. No es un libro de poemas, ni de letras de canciones, éstas sólo representan una parte, estamos antes un material compilatorio, de lecturas, del orden de la experiencia hecha libro, hay letras de canciones, ejercicios, conclusiones instintivas, rasgos característicos del Centro. Es el registro del que Laura Szwarc nos vuelve testigos. Nos deja ver la actividad y no expone de más a los protagonistas, voces de un mundo sensible lleno de cicatrices. A su vez tendremos las voces de otros miembros de la experiencia en diversos roles, entre ellos un breve texto del Director del Centro que con precisión y sinceridad ironiza sobre la función de la cárcel refiriendo a ella como una institución de moral aborreciblemente candorosa».
Como proyecto, Palabras Cantadas fue seleccionado por El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) para ser parte del Portafolio PorLeer 2015-2016 por su valor como experiencia multiplicadora.
Laura Szwarc lleva más de 20 años trabajando en el fomento a la lectura entre Argentina y España. En México ha colaborado con Ibby y con “Alas y Raíces”. Uno de sus proyectos más recientes fue la rehabilitación de un espacio de lectura en un barrio periférico en Madrid, con una población inmigrante muy alta y muy diversa. Cuando se lo propusieron, lo primero que hizo Laura, también fundadora y directora de la asociación cultural Akántaros: arte + educación, fue caminar. Caminar por el barrio Villaverde Bajo, conocerlo, conversar con niños y niñas, casi todos españoles de primera generación, con padres provenientes de Marruecos, Senegal, Ecuador, República Dominicana, Bolivia, Venezuela… preguntar necesidades, intereses, como hiciera Jella Lepman recorriendo la Alemania de la posguerra antes de conformar la Biblioteca Internacional de la Juventud.
Esa escucha muy atenta a poblaciones marginadas es la que quiso oír palabras cantadas y cantar después las palabras, compartirlas, con ustedes, por ejemplo, que leen este blog. Infinitas gracias a Laura por su generosidad y por su trabajo tan inspirador y poético. Igual que en la ilustración de portada de Roger Ycaza (otro amigo generoso), experiencias como esta, iluminan la escena.
Adolfo Córdova
Palabras cantadas es un taller de creación de letras de canciones; comienza en octubre del 2013.
Se enmarca en el Programa Nacional de Orquestas y Coros para el Bicentenario, Ministerio de Educación de la Nación. Argentina. En el “Centro de Recepción Malvinas Argentina- Pablo Nogues”, Provincia de Buenos Aires. Con jóvenes entre 16 y 20 años.
Los encuentros de este taller tienen una duración de dos horas a tres horas; los participantes pueden quedarse durante ese tiempo o irse en alguna pausa, es una actividad libre.
Los jóvenes que participan en dicha experiencia son: Damián M; Leandro P; Cristian C; Nicolás R; Henrique M; Christian G; Diego M; Jonathan C; Christian R; Cristian F; Sergio O; Brian M; Marcos A; Andrés S; Juan Gabriel G; Ezequiel S; Carlos C.
Nota: La Ley Nacional N.º 26.695 —sancionada en 2011— establece que todas las personas privadas de su libertad tienen derecho a la educación pública y que los fines y objetivos de la política educativa respecto a las personas privadas de su libertad son idénticos a los fijados para todos los habitantes de la Nación por la Ley de Educación Nacional.
Compartirmos algunos fragmentos del libro.
Para poder nombrar, se necesitan letras. Reconocerlas, juntarlas, hasta formar algo coherente. Una palabra, otra, una frase. Decir el nombre propio y nombrar cada cosa de la misma manera en que son nombradas por el cuerpo social.
Si bien en el lugar de encierro se queda separado de ese cuerpo, las letras parecieran ser las mismas de ambos lados. Y se escuchan las canciones que son y no son las mismas, pero que responden a una determinada clase social, ya sea de adentro o de afuera.
Sabemos que la poesía y la canción requieren para construirse las mismas palabras que, por ejemplo, el informe anual de una empresa multinacional. Sin embargo, al reunirse dicen completamente otra cosa.
La palabra rítmica-poética trasforma tanto el lenguaje que —en lugar de limitarlo a comunicar información— lo convierte en espacio de alivio, convoca a la risa, a las lágrimas, al discernimiento y a la reflexión, reuniendo todo aquello que ha quedado desperdigado.
Es en la poesía y en las letras de las canciones donde queda visible que el lenguaje es, en potencia, una “morada del ser”, un lugar de encuentro.
Cuando se compone una canción se habla de “la letra”. O leemos: música de tal. Letra de tal. En el taller Palabras cantadas se “hacen letras” que dan lugar a un decir individual y colectivo. Surgen los “grandes temas” (el tiempo, el amor, la muerte-la vida entera) que preocupan al colectivo y a cada uno y, a medida que los jóvenes van componiendo, van haciendo sus propias letras, aumenta el caudal de palabras, el campo simbólico, el pensar reflexivo, el darse cuenta de lo que más les preocupa, lo que los interroga, y pueden volver a preguntarse.
Van siendo menos sujetos de encierro para dar lugar a un sujeto que reconoce qué le sucede y por qué. Van viendo si cada uno quiere cambiar algo de sí y de su entorno —ahora y después— en el afuera. Y, sobre todo, pueden desprenderse de la apatía, la falta de deseo, en la que el mismo encierro los envuelve.
Hacer su propia letra para escucharse y ser escuchados. Y conjurar, como desde el comienzo de la humanidad, con los cantos primeros, el miedo a cuanto nos rodea, la fragilidad de la existencia.
A partir de ir conociéndonos, fuimos creando un espacio “nuestro”, un cuarto propio cada vez. A medida que nos trasladábamos, que pasábamos a la sala de computación, a la sala de visitas, al aula de la escuela, al espacio cultural, fuimos recreando dichos espacios para ocuparlos y hacerlos propios durante el tiempo de cada encuentro.
Circulación de mate y de palabras, de panes con mermelada, algún viernes de medialunas, y siempre las hojas, los libros, los lápices y la música que salía del reproductor y que nos habitaba, también, con otros sonidos.
En el libro Palabras cantadas hemos mantenido lo lúdico y, dado el gusto de los jóvenes ante los textos de Julio Cortázar, decidimos en forma de pequeño homenaje, numerar las prácticas de un modo atrevido: mostrar que es posible comenzar por una o por otra, dado que en nuestro trabajo por más que diseñemos y planifiquemos cada paso, se trata de un hacer dinámico; estamos con “personas vivas” y es en el momento en que se dispone/despliega el material, que a veces se modifica. Una llega con las actividades del taller preparadas. Por ejemplo: me encantaría mostrarles y trabajar la poesía visual pero de repente… una lectura libre previa hace saltar otra cosa que nos lleva a otro tránsito.
A Julio Cortázar
243:
Decimos nuestro nombre con una palabra que nos guste, por su sonoridad y no por su significado: Moto, libertad, fútbol, corte, auto, tiempo.
Decimos nuestro nombre con una palabra que no nos guste por su sonoridad:
Encierro, reja, muerto, esperar, copiar, rincón.
283:
Escribimos nuestro nombre en un papel, por cada letra escribimos un adjetivo/algo que nos describa: jugador, cuentero, alegre, esperanzado, movedizo, malhumorado, nocturno, ansioso, amistoso, torpe, amante, claro, incapaz, inteligente, nadador, razonable, laburador, talentoso, odioso, tímido, risueño, huraño, raro, dormilón, ruidoso, silencioso, eléctrico, motoquero, necio, alterado, malicioso, mimoso, orgulloso, azaroso, amoroso, nervioso, insólito.
342:
Elegimos una Letra que nos guste y luego nos juntamos en grupos de cuatro e inventamos una palabra y su significado.
Letras preferidas:
Grupo uno: J, C, M, N
Palabra inventada: mcnd: paisaje de agua.
Grupo dos: D, A, F, Y palabra inventada: fyja: equipo de fútbol de China, colores rojo y blanco.
543:
Leemos diferentes textos y escribimos frases:
“Los juegos tienen que ser muy bien hechos para que tengas mucha diversión, aunque sea un poco alterado para que sea más razonable. Con el juego me despojo de los problemas y de la vergüenza.”
“Mi sobrino cada mañana que se despierta es mimoso y cuando juega talentoso, pero yo por él estoy orgulloso.”
“Dormir silencioso
odioso tímido
esperar
usar moto
necio
anoche me morí de calor.”
“Hoy en la mañana me levanté alegre y en la tarde me sentí…
mucho suelo y me fui a dormir me abandoné en el plácido sueño
y cuando me desperté en un …”
“Todo puede ser Útil para el poema:
Estar alegre, ansioso, amoroso.
Lo que parece chatarra, el poema lo encuentra precioso.”
“Me abandonó la alegría y me empezó el mal humor, quería soñar un cuento ruidoso y orgulloso.”
A medida que transcurría el tiempo de los talleres, que los libros circulaban, que se leía en voz alta y donde la práctica de escritura avanzaba, comenzaron a surgir las letras de las canciones; algunas de ellas que se fueron creando de modo colectivo, son:
Corta lluvia
Se me inunda el corazón
húmedos tengo los ojos
terrosa es tu forma de mirarme
y hay viento,
viento de palabras
gritos de tormenta.
Cuando camino con vos
mil charcos no me dejan pasar,
son relámpagos de emoción
y el rayo quema, el agua quema.
En el trueno golpean los errores
en el viento viajan los suspiros
y en el charco está
todo mi amor destruido.
Quema la lluvia, quema la lluvia
y tu paraguas no alcanza.
Otro mundo
Acá es otro mundo
me levanto sin saber
qué puede pasar hoy.
Estribillo:
Charlo con mis compañeros.
y sin darme cuenta
está por suceder la batalla.
La ley interviene
y el conflicto
empeora
se gritan cosas
palabras malas
los murmullos de bronca.
Entre piñas
sangre
boca, nariz, ojos.
Pin pan pun
la gran batalla.
Estribillo:
Charlo con mis compañeros
y sin darme cuenta
está por suceder otra vez
la batalla.
Gente sencilla
Somos gente sencilla
gente de barrio
que mira todo
como por segunda vez.
Cantamos, componemos, reímos
y chan, chan, chan.
Las páginas pasan como los días
y el mate gira
el cigarro se termina.
Cantamos, componemos, reímos
y chan, chan, chan.
Mientras vos dibujás
y vos escuchás un cd de Ñengo Flow
yo te miro divagar.
Cantamos, componemos, reímos
y chan, chan, chan.
Espero que el tiempo
los días y las horas
vuelen como tus caras
de pibe humilde y delincuente.
Cantamos, componemos, reímos
y chan, chan, chan.
En el final del libro encontraremos un texto de Ezequiel Sozzi, director Centro de Recepción Malvinas Argentinas Pablo Nogues. Aquí un fragmento:
Que la palabra sea cantada no es obvio, y tampoco lo es que con la palabra, cuando es cantada, se haga un hablar singular en quien es sostenida por ella.
Palabras Cantadas es una interrogación por el quién de la palabra y su qué y quizás, si hay quién sin cantar una palabra.(…)
El ritmo, algo de la palabra que está en el espacio de la misma palabra y el silencio que envuelve y que la rodea, no es algo que domine cada quien, sino que es la misma inversión de lo propio. La palabra cantada es la presencia de algo que está con nosotros y no es nuestro en el sentido de la propiedad clásica. El hablar de la palabra cantada, entonces, es un cuestionamiento al sentido clásico de la propiedad, del yo, de la síntesis de pensamiento, incluso sobre la palabra.
Cuando un hablar es monótono aquel al que apresa ese hablar dice que sobre él pesa un cantar no cantado, no capaz de articularse en canto. En el hablar monótono la palabra está desprovista de cierta riqueza del lenguaje, de cierta vitalidad, y me he preguntado si una propuesta de Palabras Cantadas no era algo de aquello que buscábamos para este espacio que llamamos “Nogues”: por cada adolescente, su palabra con una composición propia, esa que no puede componerse como cometido previo de un discurso impuesto, y que el taller le da esta vez para que diga algo de lo que es, no es, de él y a su vez lo posee.
El hablar del penado suele ser monótono. Es el hablar del apresado y del apresador. Tanto el que es objeto de la pena como el que la aplica hablan generalmente de manera monótona. Hacen un solo hablar, circular, aburrido, que generalmente termina en el punto más cercano a lo absoluto cuando se les propone una pregunta para egresar hacia otro espacio. Es el hablar del objeto de otro, aprisionado, y que comúnmente se identifica como el poder oscuro que personifica el Estado con su afán punitivo por un lado, y las fuerzas excluyentes que acumulan un capital en unos pocos por otro, e imponen la idea del bien desde ese mismo otro que acumula.
Sobre eso, sobre ese embargo, puede levantarse una palabra inesperada. Y si es tal quizá busque un lazo propicio para una historia frente a ese poder que aquí no identificamos solo con eso que señalamos más arriba como oscuro, sino que cante esa palabra la trampa en la que se apena cada adolescente, uno, y otro, y no ese otro y aquel uno, y así.
No es el taller de Palabras Cantadas el que esperamos si fuera un taller que multiplicara los cantos de la prisión. Las palabras cantadas son de otro, aunque uno haga su versión de eso, y debe darse ese paso sobre ese muro para que las palabras sean de uno. Me ha sorprendido encontrar esa diferencia.
Si la palabra la tomo como tal, sola, no es nada nuevo ni viejo, así que debería ser la palabra cantada entre palabras, o mejor palabras que cantan una palabra. Una palabra que represente al que canta entre otras, que la cuestionan al cantar su cantor cantado.
Hay palabras que intentan silenciar una, esa que se repite disfrazada y sujeta a algo que parece más cerca de la verdad del cantor que aquéllas que son su coro. Más cerca del silencio de cada uno. Una palabra más del sujeto que aquí no es de la psicología social.
Si es de (lo que nosotros llamamos) Nogues el taller de Palabras Cantadas que coordina Laura Szwarc, es porque nos ha permitido la felicidad de la sorpresa. De lo que se repite para ser escuchado uno por uno, sin ninguna pretensión de originalidad ni bien decir preestablecido, y porque no es nuestro, ni con eso queremos que salga el penado de su pena social, ni dar ejemplos emocionantes con turbias esperanzas de renovado fracaso como los que se descubren década tras década en esos teatros que, espontáneamente, cuando aparece algo cercano a la verdad levantan su telón y dejan ver sus armas apuntando hacia el escenario.
Quizás esperamos que la cante para que se aburra. Hemos descubierto que cuando encuentran su palabra lejos de eso que les aburre componen una nueva voz, un ritmo y un tono diferente que no son los que espera la benévola cárcel resocializadora con su moral aborreciblemente candorosa.
Admirable y si inspira mucho, como lo dicen con su experiencia hecha libro.
Muchas felicidades a Laura y a ustedes Linternas y bosques.
Muchas gracias, Leticia. Seguramente a Laura le dará mucho gusto leer tus palabras. ¡Abrazo grande!
Me pareció muy genial e interesante el blog , con apartados muy llamativos, todo el diseño excelente. 👍
Estupendo trabajo Laura y compañía
Hola ¿Como están? ¿Cómo se puede conseguir el libro, Palabras Cantadas?