A continuación encontrarás enlaces a estudios de posgrado, seminarios y otros cursos en los que participo y cuya convocatoria está abierta.
Un mapa de Nunca Jamás / Laboratorio Emilia
Yo, mediador / Troquel
Máster en Libros y LIJ / UAB
Ha nacido una estrella / Anatarambana
Próximas presentaciones:
Por acá ando como en tres pistas: presentando mis libros, impartiendo talleres para niños, niñas y jóvenes y dando charlas a especialistas.
36 Congreso Internacional de IBBY
Congreso Internacional de Lectura IBBY Cuba
Feria del Libro de Minería
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Colaboraciones:
Instituciones de las que he recibido apoyo para investigación o becas de creación artística o con las que colaboro como lector voluntario, consultor o profesor.
Cuando el niño pequeño abre estos libros, abre la noche. Se reconoce solo en el escenario oscuro, con las luces apagadas, sin público. Ya nadie le sonríe como un bobo […]
Cuando el niño pequeño abre estos libros, abre la noche.
Se reconoce solo en el escenario oscuro, con las luces apagadas, sin público. Ya nadie le sonríe como un bobo solo porque es un niño. La mamá ya no dice su nombre ni lo persigue con la fruta picada. Nadie lo persigue. Nadie persigue a nadie en la noche. El alboroto de personas y objetos se detiene. Queda la incertidumbre, la amenaza, el silencio de las sábanas, en la cama abierta, sin topes, que es el libro. Ahí está él. Se mira en el papel del niño raptado por el Malo, en el tigre que vive bajo su cama, en el monstruo que se come los techos, en la leche derramada. Se siente perseguido.
Ilustración de Ivar Da Coll.
No es verdad que nadie persigue a nadie en la noche. Alguien lo acecha. Quisiera ponerse a brincar para que saliera el día, pero se queda quieto. Espera. Pasan todos los terrores, todas las bestias. Pasa la página, jala la sábana, cierra el libro, se tapa.
Y, al fin, duerme.
Ilustración de Irene Savino.
Uno suele asociar la infancia con las palabras tiernas y los paisajes llenos de árboles. Y si eso es la infancia, así deben ser los libros para niños. ¿Hablar de torturas, de jaloneos, de abandono, de soledad? ¿Mostrar el lado monstruoso de lo inexplicable? Mejor no. Eso no es parte de la infancia.
Por suerte existen libros que respetan la complejidad del niño y reconocen que la primera infancia también está llena de noches abiertas y frías, sin contacto ni miradas ni besos ni razones. Porque no puede haberlos siempre. Es así.
Pero muchos especialistas, como Evelio Cabrejo, Joëlle Turin, María Emilia López, coinciden: los libros aligeran esas angustias, las buenas historias devuelven al niño una mirada que lo comprende, que no le oculta el desasosiego, las sombras, los terrores que siente.
Los libros a continuación (en mi opinión, obras maestras del libro álbum), encaran y «encarnan» el imaginario infantil y permiten a los lectores, desde muy pequeños, abrir y cerrar las noches tremendas de sus emociones. Y dejarlos, al final, con un sueño que, ese sí, se parece más al paisaje soleado, verde, azul, de la infancia que desearíamos todos.
1. Tú no me vas a creer
Jaime Blume Sánchez e Irene Savino. Ekaré, 2013.
El libro para niños pequeños más poderoso y arriesgado que conozco para abordar los temores nocturnos.
Mientras riegan juntos un jardín, en tonos pastel y trazos suaves, un pequeño revela a su madre la extrañísima y espantosa experiencia que vivió antenoche. Ella le dice que son sueños, pero él sigue hablando y ella escucha. Este orden del mundo en la historia: donde un niño habla y es capaz de expresar en primera persona lo que le pasa, y una madre escucha y da espacio al relato autobiográfico de la pesadilla, es ya un primer valor en el libro. Enmarca una relación de confianza donde caben los dos. Si la madre no escuchara, no habría libro. Ni niño. Ni miedo.
Pero hay libro, hay niño y hay mucho miedo. He leído esta historia a niños de 3 años y de 10, y todos se quedan callados, nerviosos, muy atentos. Algunos cierran los puños y se abrazan a un compañero.
Cuando el pequeño relata que antenoche vino el Malo y se lo llevó para comérselo, se abre un nuevo registro en las ilustraciones: colores más intensos, paisajes complejos, cielos azules que se apagan, formas onduladas con crestas y filos; plastas de color recortadas sobre espacios blancos, que generan un paisaje surrealista, onírico, del rapto del niño. Es onírico pero sin ambigüedades. Las imágenes son directas, igual que los versos:
Me amarró con gruesas cuerdas,
me cubrió con negra capa,
y mientras todos dormían
me arrastró fuera de casa.
Así empieza la pesadilla. Luego hay una muerte, un caballo, trece lagartos azules, un saco y un rescate. La belleza y la musicalidad de cada verso contrasta con el contenido, y fascina: uno no quiere oír, pero no puede dejar de leer. Uno no quiere saber lo que va a pasarle al niño, pero es tan intrigante, suenan tan bien las palabras, que necesitamos pasar las páginas para descubrirlo. Porque el lector ha emprendido un viaje que necesita terminar.
Y sí, el final restaura el orden. Vuelven los colores de un pequeño edén lleno de árboles, y el Malo se aleja. La impactante historia se compensa bien con un desenlace envolvente, que cobija al lector con abrazos, colores cálidos y palabras dulces. Las editoras se toman su tiempo para hacerlo: son tres dobles páginas de recompensa en los brazos de la madre.
Si el Malo vuelve, el niño recuerda que tiene a alguien (y a un libro) que lo rescata. Que le cree.
2. Tengo miedo
Ivar Da Coll. Babel, 2013.
La contundencia del título se corresponde página a página con una serie de monstruos, malvados y crueles, que develan temores e injusticias colectivas y dan universalidad al miedo nocturno que parecía exclusivo (e imaginario) del niño.
«Es hora de dormir». Esa es la primera línea del texto. Podría ser el arranque de un cuento lleno de lugares comunes y buenos deseos, pero la frase descansa sobre una doble página que la resignifica: vemos dos árboles sin hojas ni pájaros, amoratados como el cielo, que casi rascan con sus ramas el techo de una casa, que se cierran sobre ella.
Luego Eusebio, pequeño y sumido en una cama grande, atrapado ya por la noche. No puede cerrar los ojos, se tapa con la sábana hasta la nariz, está atento, espera lo peor. Y de esa quietud llena de objetos que lo rodea surgen seis monstruos.
Eusebio escapa, sale de su casa, corre, se siente perseguido, cae, se esconde tras un árbol… hasta que finalmente llega a la casa de su amigo Ananías. Entonces, le cuenta por qué tiene miedo. Y su amigo escucha, paciente.
Los monstruos y fantasmas de Eusebio parecen ser los responsables de desastres naturales y sufrimientos sociales. Desplazamiento y migración, desaparición y violencia surgen cada vez que Eusebio describe a un monstruo, dan al relato otra dimensión, la de una realidad que puede ser monstruosa.
El diálogo entre lo que se dice con palabras y lo que se dice con imágenes tiene la solidez y la precisión de un autor como Ivar Da Coll (Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil 2014), que escribe y dibuja, y en Tengo miedo claro heredero de Sendak y de la Chiquita Bacana de Ángela Lago. El texto no dice demás, las ilustraciones no resuelven todo ni son condescendientes. Los ojos de Eusebio y Ananías expresan inquietud. Los monstruos aparecen destruyendo casas, cazando gente, quemando pueblos, y luego maltratándose entre ellos: se pisan las caras, se jalonean, amarran a uno a un árbol.
Sin embargo, las formas redondeadas de los monstruos, sus manos y patas gordas, sus cejas pobladas y sus caras cachetonas suavizan e incluso enternecen para generar, también, cierta empatía con ellos, necesaria para el consuelo que le da Ananías a Eusebio. Los ojos de los monstruos cambian: primero miran dominantes y malévolos, luego infelices y miedosos. Le dicen al lector, y a Eusebio, con contundencia: «yo también».
3. Duerme, niño, duerme
Laura Herrera y July Macuada. Ediciones Ekaré, 2014.
Del exterior llega la familia: la hermana, los abuelos, la tía, el padre. Van desfilando entre árboles, flores, lagos y campos. Aunque tienen un fondo oscuro y ventoso (es de noche), todos traen alguna luz y un bálsamo para serenar a José.
El niño no puede dormir. Se hace muchas preguntas. Tiene miedo de que todo se apague, y la calma no llegue, y la leche se derrame, y el violín no suene, y los jilgueros no canten.
Pero el libro canta: es un arrullo contado. Va encadenando los versos y la imágenes con un ritmo que alterna la tranquilidad de los paisajes exteriores: abiertos, amplios, limpios, familiares; al paisaje interior de José, más dramático, que imagina todo fallido. El entramado que resulta es una aproximación que renueva las formas de la lírica tradicional (libro ganador del Premio Fundación Cuatrogatos 2015).
«No llores en la noche oscura», le dice la madre a José. Las ramas del árbol ya solo tienen una hoja. José abraza a un conejo de peluche. Es de noche, pero siempre hay una luz.
4. ¡Scric scrac bibib blub!
Kitty Crowther. Corimbo, 2005.
Escucha, escucha, escucha. Los goteos, burbujeos, chapoteos que en la noche silenciosa del estanque se magnifican. Este es el punto de partida para que la rana de esta historia no pueda dormir. Insistirá tanto en los ruidos que escucha, que el papá irá a dormir con ella y, entonces, él escucha también. Y sabe que su hijo decía la verdad.
Que el padre resuelva y acompañe la incertidumbre del niño, y no la madre, es la primera singularidad que se agradece en el libro. Después está otra vez la mirada compartida, la empatía y la confirmación de que lo que escucha el pequeño sí existe. El miedo tenía una fuente real.
La fantástica autora de este libro, ganadora del Premio Astrid Lindgren, es experta en escribir y dibujar historias conmovedoras, que marcan al lector, que respetan al niño. Una extrañeza lo poco que se conoce y se publica en Hispanoamérica.
5. Tigres de la otra noche
María García Esperón y Alejandro Magallanes. Fondo de Cultura Económica y Fundación para las Letras Mexicanas, 2006.
Aquí la noche existe solo para que un tigre viva bajo una almohada, y con él, el lector salte a otras horas del día.
Tigre, / dame una manita de gato. / Quiero salir / a probar ese mundo/ a la carrera. / No podría hacerlo sin ti.
Afuera, dice el niño, están los chicos grandes, las materias desconocidas, la maestra y los policías: todo lo que le asusta.
No quiero tu piel, / ni tus colmillos, / ni siquiera tu rugido / metido en un pañuelo. / Si acaso, / tigre mío, / quiero una mano, / una manita de gato.
No hay un adulto. Es el niño que imagina solo la fabulosa vida del tigre.
La poesía de García Esperón, juguetona, inteligente, explora en las metáforas de un mundo habitado por el tigre y dibujado por el niño: las rayas son la piel del cuaderno escolar, la noche es de Bengala, los zarpazos de humo, la cama es la hoja de papel… Las ilustraciones de Magallanes exploran magistralmente ese universo, con materiales y texturas que enriquecen aún más el poema (ganador del Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2005).
Encendí la vara de luz / y se hizo el tigre. / Iluminado, / duró lo que un regocijo. / Quedó dibujado en la noche / mucho rato. / Hasta que para despedirse / dio un zarpazo / de humo.
Periodista, escritor, investigador y mediador de lectura. Máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil por la U. Autónoma de Barcelona. Jurado de premios de LIJ nacionales e internacionales, miembro de comités editoriales, profesor en instituciones y universidades de México y el extranjero y colaborador de bibliotecas y proyectos comunitarios de promoción lectora. Ha sido becario de la ONU, el FONCA, la Biblioteca Internacional de la Juventud en Múnich, el CEPLI en Cuenca y la Fundación de Cornelia Funke en California. Entre otros reconocimientos ha recibido el Premio Nacional Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2015 y The White Ravens 2017 por su libro El dragón blanco y otros personajes olvidados (FCE, 2016); y el Premio Antonio García Cubas 2019 del INAH al mejor libro y labor editorial, en categoría obra infantil y Los Mejores del Banco del Libro por Jomshuk. Niño y dios maíz (Castillo, 2019). Como antologador ha publicado La hoguera de bronce. Historias de selvas y ciudades (Secretaría de Cultura, 2017), Renovar el asombro. Un panorama de la poesía infantil y juvenil contemporánea en español (UCLM, 2019) y, próximamente, Cajita de fósforos. Antología de poemas sin rima (Ekaré, 2020). En todas sus áreas de especialización le interesa el diálogo directo con niños, niñas y jóvenes. Tiene un blog de periodismo especializado en literatura infanitl y juvenil: linternasybosques.com.
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De niño me gustaba jugar a los desastres naturales, inventar cuentos y pasear en mi triciclo rojo.
Todos los domingos íbamos a la playa. Pero yo prefería los nortes del invierno. O brincar de una roca a otra en la selva de los Tuxtlas y no me importaba nadar en albercas con el agua verde.
Nací a medianoche, en los primeros minutos del 15 de agosto de 1983, en un cuarto de un hospital muy pequeño, que tenía una ventana por la que se veía un almendro. En Veracruz, México.
Espero envejecer como mis abuelos y que alguna vez alguien vuelva a mis libros para volver a su infancia.
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He tomado talleres de crónica, narrativa y literatura infantil y juvenil con María Teresa Andruetto, Teresa Colomer, Marina Colasanti, Daniel Goldin, Brenda Bellorín, Cecilia Silva Díaz, Michèle Petit, Joëlle Turin, Jorge Volpi, Ignacio Padilla, Manuel Peña, Julio Villanueva Chang, Andrea Fuentes Silva, José Luis Martinez Suárez, José Homero, entre otros.
Tengo un máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona. Estudié Ciencias de la Comunicación, enfocado en Periodismo, y un certificado en Literatura en la Universidad de las Américas Puebla con la beca Excelencia Jenkins. Fui editor del periódico universitario y presidente de la asociación ambiental estudiantil.
Mi tesis de licenciatura, dirigida por Ignacio Padilla, fue una propuesta de revista de arte y ambientalismo que me hizo graduarme con Magna Cum Laude, obtener el Premio Estatal de Periodismo Luis Tecuapetla en Puebla y el segundo lugar del Premio Nacional de Trabajos Recepcionales del CONEICC. Una versión muy parecida de la revista fue adoptada por el periódico Reforma para publicarla bimestralmente con el nombre de “Verde” y continúa vigente.
Fui reportero y editor de suplementos especiales del periódico Reforma, donde constituí y edité varias revistas. He publicado mis textos en revistas digitales e impresas como Punto en línea, Picnic, La Peste, Pijama Surf, Letras Explícitas, Registro, México Desconocido, Revista Había Una Vez, Cuatrogatos, Ventana de Papel, Ciclo y Genial y Like (revistas y secciones infantiles y juveniles del periódico Reforma).
Fui elegido por el Banco Interamericano de Desarrollo como periodista representante de Latinoamérica para la cobertura del Primer Foro de Crecimiento Verde celebrado en Seúl, Corea del Sur; por las Naciones Unidas para cursar talleres de periodismo ambiental en Indonesia y Panamá; y por la embajada de Israel en México como periodista represente de Latinoamérica en la Conferencia de Tecnologías del Agua PRE WATEC en Tel Aviv.
Vivo en la ciudad de México desde el 2008. Escribo de viajes, medio ambiente y LIJ para el periódico Reforma.
Trabajo con grupos de promoción de lectura en primarias y en la Biblioteca Vasconcelos, y soy fundador de la biblioteca comunitaria BRINCO-Lectura.
Soy miembro de la Red Internacional de Investigación Universitaria en LIJ, por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. He impartido talleres y ponencias en diversos congresos y encuentros, y soy profesor invitado en los cursos de LIJ de la Universidad Nacional Autónoma de México y en A Leer/IBBY México.
También colaboro con la Dirección General de Publicaciones del CONACULTA, la revista chilena Había Una Vez y la Fundación Cuatrogatos.
Además soy educador ambiental certificado por el CECADESU.
Ha sido becario de la ONU (2010) y el programa Jóvenes Creadores del FONCA en dos ocasiones (2013-2014; 2018-2019); realizado estancias de investigación en la Biblioteca Internacional de la Juventud en Múnich (2017) y el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil, CEPLI, en Cuenca (2017), y residencias artísticas en el Centro de las Artes de San Agustín, Oaxaca (2018) y en California con la Fundación de Cornelia Funke (2019, 2020).
que lindo solia contar cuentos basicos a mis niños sin saber que los monstruos no estaban abajo de la cama ni en el ropero .estaban dentro de mi casa .
Suele pasar… Qué bueno que te gustaron las recomendaciones. Son algunos de los libros que tengo siempre a la mano.Saludos.
Blog de lectura crítica y periodismo especializado en literatura infantil y juvenil.
Soy Adolfo Córdova Ortiz, escritor, periodista, investigador y mediador de lectura independiente. Cursé el Máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona en 2012-2013 y en enero de 2014 lancé este blog. He sido becario de la ONU, el FONCA, la Biblioteca Internacional de la Juventud de Múnich, el CEPLI-UCLM y la Fundación de Cornelia Funke. Colaboro con diversos medios impresos y digitales e instituciones de fomento a la lectura. Soy profesor invitado en cursos presenciales y en línea de varias universidades y he sido jurado de premios de LIJ nacionales e internacionales. He publicado libros y antologías para niños, niñas y jóvenes y para mediadores. Todas las entradas en este blog, salvo las etiquetadas como «Expertos invitados», son de mi autoría. ¡Bienvenid@s!
Blog ganador del Premio Latinoamericano de LIJ «La Hormiguita Viajera» 2016
Otorgado por la Biblioteca Popular Madre Teresa, Prov. de Buenos Aires, Argentina.
Mis libros
Cataplum, 2022. Los mejores libros para niños de la Biblioteca Pública de Nueva York 2022. Ilustraciones seleccionadas en el Nami Concours 2023 de Corea del Sur.
Casa Gallina, 2022. Descarga gratuita. Clic en la imagen.
Ekaré, 2021. Los mejores del Banco del Libro de Venezuela 2022, Recomendado Premio Fundación Cuatrogatos 2022, The White Ravens 2022.
Ekaré, 2020. Premio Bologna Ragazzi de poesía 2021. Los Mejores del Banco del Libro 2021. Premio Fundación Cuatrogatos 2022. Selección OEPLI 2022.
FCE, 2020. Premio Los Mejores del Banco del Libro de Venezuela 2021. Recomendado por la Fundación Cuatrogatos.
Alboroto Ediciones, 2019. Postulado a Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes 2020 del Banco del Libro. Recomendado Premio Fundación Cuatrogatos 2021. Favorito del Comité Lector de IBBY México en su Guía de Libros Infantiles y Juveniles 2021. Seleccionado para la Biblioteca SEP Centenaria 2022 en edición bilingüe Maya-Español.
Ediciones Castillo, 2019. Mención Honorífica del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2015, en categoría poesía infantil. Premio Antonio García Cubas 2019 del INAH al mejor libro en categoría obra infantil. Mención Honorífica del Premio de Ilustración del Festival de Lectura de Sharjah en Emiratos Árabes 2019. Favorito del Comité Lector de IBBY México en su Guía de Libros Infantiles y Juveniles 2020. Recomendado del Premio Fundación Cuatrogatos 2020. Premio Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes del Banco del Libro 2020. The BRAW Amazing Bookshelf 2022 a los 100 mejores libros de la Feria del Libro de Bologna. Seleccionado para la Biblioteca SEP Centenaria 2022 en edición bilingüe Nuntajiiyi-Español.
CEPLI-UCLM, 2019.
Secretaría de Cultura, 2017. Postulado a Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes 2018 del Banco del Libro. Seleccionado Programa Nacional de Salas de Lectura 2018. Seleccionado en Guía de Libros Infantiles y Juveniles de IBBY México 2020.
Fondo de Cultura Económica, 2016. Beca Jóvenes Creadores FONCA 2013-2014. Premio Nacional Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2015. Seleccionado SEP 2016. Seleccionado The White Ravens 2017 de la Biblioteca Internacional de la Juventud. Finalista Premio Fundación Cuatrogatos 2018. Premio Los Mejores Libros para Niños y Jóvenes del Banco del Libro 2018. Programa Nacional de Salas de Lectura 2018.
Secretaría de Cultura, 2016.
Pearson, 2015. Postulado a Los mejores libros para niños y jóvenes 2016 del Banco del Libro. Guía de libros recomendados de IBBY México 2017 y Recomendado en el Premio Fundación Cuatrogatos 2017.
que lindo solia contar cuentos basicos a mis niños sin saber que los monstruos no estaban abajo de la cama ni en el ropero .estaban dentro de mi casa .
Suele pasar… Qué bueno que te gustaron las recomendaciones. Son algunos de los libros que tengo siempre a la mano.Saludos.