Este año publicamos Renovar el asombro. Un panorama de la poesía infantil y juvenil en español, marco contextual y referencial, que busca ampliar el terreno desde el cual pensar el estado del arte de la poesía para niños, niñas y jóvenes en español (género que sigue peleando y ganando su lugar, con nuevos bríos). En la primera parte, María Victoria Sotomayor Sáez, Cecilia Bajour, Felipe Munita, Sergio Andricaín y Antonio Orlando Rodríguez plantean tendencias y libros destacados de las últimas décadas. En un segundo apartado, Ángel Luis Luján Atienza, Cecilia Pisos y María del Rosario Neira Piñeiro proponen enfoques: la vigencia de la métrica y la rima, la mediación significativa que permite la poesía y las características de un subgénero en crecimiento: el álbum poético. Conjunto de estudios, con abundantes poemas como ejemplo, que retratan una idea de infancia más compleja, alejada de estereotipos, que esperamos ayude a especialistas, profesores, bibliotecarios, mediadores y todo interesado en la materia a renovar su propio asombro y, por tanto, el de los lectores cercanos, desde la poesía. 

Comparto en esta entrada la presentación que escribí para el libro, el listado de ensayos y una selección de poemas que los autores mencionaron como fuente de asombro. Publicado en la colección Arcadia de la Universidad Castilla-La Mancha, el volumen es uno de los resultados de la estancia de investigación que hice en el CEPLI (otro resultado, el central, fue conformar una antología de poesía no rimada que aparecerá con Ekaré próximamente), a la que me invitó Pedro Cerrillo en 2017 y a quien dedicamos el libro. Algunos de los textos ya se habían editado anteriormente, pero todos fueron revisados, ajustados y, en varios casos, ampliados.

Se puede adquirir en formato físico o digital aquí: https://bit.ly/2Jkqzz0

PRESENTACIÓN

En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.

Un rayo de sol, por ejemplo.
(Pero hay que encerrarlo muy rápido, si no, se lo come la sombra.)
Un poco de copo de nieve,
quizá una moneda de luna,
botones del traje del viento,
y mucho, muchísimo más…

“En una cajita de fósforos” de María Elena Walsh.

El reino del revés, Argentina, 1965.

 

Hace muchos años, cuando leí por primera vez “En una cajita de fósforos”, experimenté lo que Graciela Montes llama “el deslumbramiento frente al enigma” [1], lo que da origen al arte y al conocimiento. Un acto tan común para todos, “guardar cosas”, transformado por algún asombro de la propia María Elena Walsh en alumbramiento, poesía, para los lectores.

Recuerdo haber pensado que cada verso sonaba diferente. Diferente del resto de su obra y diferente de la mayoría de la poesía infantil que había leído hasta entonces. Me pregunté si Walsh, en 1965, había intentado hablar a otro tipo de lector. Si ese sonido convocaría, como el Flautista de Hamelin, a un nuevo grupo de niños y niñas más allá de las formas tradicionales de la poesía escrita para ellos. Si estaría imaginando una idea de infancia más amplia.

En 2016, el comité académico del Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil (CILELIJ), en particular, María Elvira Charria y Antonio Orlando Rodríguez, me solicitó preparar un panorama de la poesía infantil y juvenil publicada en Iberoamérica en el último trienio (2013-2016), para presentar en la tercera edición del congreso a realizarse en México. Aunque la invitación me produjo vértigo, parecía una tarea como para iniciar una tesis doctoral, todavía no había terminado la llamada telefónica con María Elvira, cuando empecé a leer. Sentía que había regresado a un lugar que me esperaba en pausa desde hacía tiempo, pues fui un niño y un adolescente lector de poesía. A la postre se convirtió en una de las mejores experiencias que he tenido como investigador, a la que siguieron dos becas de investigación, esta antología de ensayos y una próxima antología de poesía infantil no rimada. Es decir, aquel desafío fue el detonante de un deslumbramiento que todavía no termina y por el que estoy muy agradecido.

Pero sigamos la ruta antes de llegar hasta aquí. Leí para el CILELIJ a lo largo de seis meses y el 17 de noviembre de 2016, en el Teatro Julio Castillo de la Ciudad de México, un profesor, que para mí sonaba a leyenda, se me acercó al terminar mi presentación del panorama. Era Pedro C. Cerrillo. Lo había escuchado en otros encuentros, lo había leído y había intercambiado un par de correos con él, a propósito de la colección y premio Luna de Aire en el curso de mi investigación, pero nunca habíamos hablado en directo.

Se había enterado que en 2017 estaría en la Biblioteca Internacional de la Juventud en Múnich para continuar mi pesquisa poética y me invitaba a que la extendiera en Cuenca, en CEPLI, como parte de un programa de becas de la UCLM. Así sin más, en medio de la gente que regresaba a sus asientos para escuchar la siguiente ponencia, con tanta generosidad y confianza que entendí que la leyenda era cierta.

En efecto, mientras leía por encomienda del CILELIJ, fui conformando una muestra de los libros que me parecían destacados, ya fuera porque renovaban las formas clásicas o porque condujeran al lector, igual que Walsh, hacia otras músicas verbales. Pero quería leer más y fue en esta segunda dirección, la de la poesía no rimada y el verso libre, que decidí avanzar. Apliqué a la beca de Múnich con el objetivo de conformar una antología para niños, niñas y jóvenes de poesía liberada de métricas y rimas.

Allí, en el Castillo de Blutenburg, en el que se encuentra la Biblioteca Internacional de la Juventud, una tarde de junio de 2017, me encontré con el “Método práctico para aprender a leer en VII lecciones musicales con acompañamientos de gotas de lluvia” de Aquiles Nazoa, escrito en 1943. Una adelantada serie de poemas de versificación libre que propone una revolución desde su propio título. El paso de una literatura pedagógica, «aprender a leer», a una literatura infantil moderna que subvierte la forma tradicional desde el juego poético. Sólo hallé entonces tres lecciones. He aquí una de ellas:

LECCIÓN II

PAPÁ
p-a-p-á
pa-pá

Mi papá era Simbad el Marino.
Mi papá tiene un barco de vela y un tren. Y un caballo blanco
de general. Y un cinturón de hebilla de plata.
Mi papá es cazador y el tuyo no.
Mi papá me trajo del bosque una mariposa verdeazulmar y un
arcoíris chiquito que encontró desnudo en el fondo del río.
La voz de mi papá es como el viento entre los pinos.

En septiembre del mismo año, el viento siguió soplando pero entre los cerros rocosos y las hoces del río Júcar y el río Huécar en la inigualable Cuenca. Ya instalado allí, y sumergido en esa verdadera “flor de senderos” que es la biblioteca del CEPLI, encontré las cuatro lecciones que me faltaban y completé el retrato de los fundadores leyendo todo lo que pude a José Martí, Rubén Darío, Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Manuel Agustín Aguirre, Javier Villafañe y, con la guía de Pedro, a la generación del 27. Me interesaba leer lo que estos poetas habían escrito sin pensar en un lector infantil, esas estrofas en las que exploraban otras sonoridades.

Pero también revisé mucha teoría, a todos los autores compilados en esta antología y, precisamente, varios de los artículos incluidos aquí, textos referenciales si se quiere dibujar una cartografía alrededor de la poesía contemporánea en lengua hispánica.

Y fue así como surgió la idea de esta antología. Un par de meses después de regresar a México, luego de revisar la bibliografía que había reunido, seleccioné autores, pensé temas y secciones, los agrupé con un título y le escribí a Pedro para proponerle el proyecto. Como aquel día que se me acercó en México, con toda generosidad y confianza, dijo que sí.

La presente obra está organizada en dos secciones: “Panoramas” y “Enfoques”. En la primera intentamos trazar una cronología, de 1980 a 2018, nunca exhaustiva ni representativa de toda Iberoamérica, pero muy útil para identificar continuidades y rupturas y registrar pasado y presente frente a los años que vienen. Arranca con el estudio puntual de las últimas dos décadas de poesía infantil del siglo XX en España, a cargo de María Victoria Sotomayor Sáez; continúa con dos recorridos que abarcan distintos países y periodos, ambos preparados para el CILELIJ, el primero de Cecilia Bajour, que va de 1998 a 2011, y luego el propio, de 2013 a 2016, que me disculpo por incluir con mi relato previo como justificación; Felipe Munita emprende un amplio itinerario, que va de 2004 a 2017, que tiene como eje los poemarios reconocidos con el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños del FCE y la Fundación para las Letras Mexicanas y el Premio Internacional de Poesía para Niños Ciudad de Orihuela, de la editorial Kalandraka y el Ayuntamiento de Orihuela; y, finalmente, la revisión de Sergio Andricaín y Antonio Orlando Rodríguez de todos los libros de poesía seleccionados en el prestigioso Premio Fundación Cuatrogatos, de 2014 a 2018.

En la segunda sección, “Enfoques”, tres ensayos arrojan luz sobre aspectos precisos: la prueba de que la métrica en la poesía española contemporánea mantiene vigentes figuras estilísticas clásicas y algunas modalidades del género lírico caídas en desuso, a cargo de Ángel Luis Luján Atienza; las reflexiones ancladas a la práctica —el trabajo directo con niños y niñas— que propone Cecilia Bajour para encarar con nuevos bríos un momento en la literatura infantil marcado por la poesía; y, para finalizar, cómo la adaptación de poemas a álbumes ilustrados modifica la experiencia estética y receptora del texto, de María del Rosario Neira Piñeiro.

Todos estos ensayos encienden el deslumbramiento, constituyen una mirada poliédrica a la poesía publicada en España y América Latina que esboza un estado del arte, muestra las preocupaciones formales y temáticas de un conjunto de poetas iberoamericanos y retrata una idea de infancia y de lector infantil y juvenil de poesía más compleja, alejada de los estereotipos. Como todos los autores incluyen muchos ejemplos de poesía en el camino, este libro resulta también una pequeña antología: oro molido y recompensa para los que aquí lleguen.

Concluyo esta presentación con otro diálogo. Esta vez con «La presa” de Jorge Luján (Anaya, 2003), incluido en Palabras Manzana:

Vi un lobo
pero en realidad
¿cómo saber si estaba allí?
Su aliento azul,
no provocaba menos mareas que la luna
De sus patas sobre mi pecho
no puedo hablar
porque yo aun dormía
Todo lo demás
está por suceder.

Esto es lo que nos dice a los mediadores e investigadores la poesía para niños, niñas y jóvenes hoy, que vivimos un momento fascinante de creación, circulación y experimentación poética, y queda mucho por leer y analizar, mucho espacio para guardar asombros, fósforos en la cajita.

Infinitas gracias a los que aportaron uno a este libro, y a Pedro y al equipo de CEPLI por encenderlos.

 

[1]En “De la consigna al enigma”. Conrgreso de Lectura. Montevideo, IBBY Uruguay, mayo 2000. Publicado en Buscar indicios, construir sentidos (Babel, 2017).

 

CONTENIDO

 

Panoramas

1. Dos décadas de poesía infantil en España (1980-2000) por María Victoria SOTOMAYOR SÁEZ.

2. Nadar en aguas inquietas: una aproximación a la poesía infantil de hoy (1998-2011) por Cecilia BAJOUR.

3. Dentro de una nuez: Tres reflejos de la poesía del trienio (2013-2016) y una pregunta por Adolfo CÓRDOVA.

4. Hacia una «poesía para niños también»: Tendencias de la poesía infantil en dos premios del ámbito hispanoamericano (2004-2017) por Felipe MUNITA.

5. Libros iberoamericanos de poesía para niños y jóvenes destacados por el Premio Fundación Cuatrogatos (2014-2018) por Sergio ANDRICAÍN y Antonio Orlando RODRÍGUEZ.

 

Enfoques

1. Algunas consideraciones sobre la métrica de la poesía infantil española contemporánea por Ángel Luis LUJÁN ATIENZA.

2. De rimar a mirar: apuntes sobre la emergencia de un género LIJ más inclusivo por Cecilia PISOS.

3. Adaptación de poesía en forma de álbum ilustrado para niños y jóvenes por María del Rosario NEIRA PIÑEIRO.

 

ALGUNOS ASOMBROS

Para acompañar cada una de sus semblanzas, pedí a los autores del libro que me compartieran algún poema completo o fragmento que hubiera renovado su asombro recientemente o en algún otro momento de sus vidas pero que siguiera muy presente. ¿Y ustedes? ¿Nos comparten en comentarios poemas que sigan asombrándolos?

  

Sergio Andricaín:

Dos milagros

Iba un niño travieso
cazando mariposas;
las cazaba el bribón, les daba un beso,
y después las soltaba entre las rosas.

Por tierra, en un estero,
estaba un sicomoro;
le da un rayo de sol, y del madero
muerto, sale volando un ave de oro.

José Martí

 

Cecilia Bajour:

Instrucciones para vivir una vida:
Prestar atención.
Sorprenderse.
Contarlo

Mary Oliver. Fragmento del poema «A veces».

 

Ángel Luis Luján Atienza:

Esto es simple, querida, como el globo de luz
del hotel en que vives. Yo subo la escalera
y la música viene a mi lado, la música.
Los dos somos gitanos de una troupe vagabunda.
Alegres en lo alto de una calle cualquiera,
alegres las campanas con una nueva voz.
Tú crees todavía en la revolución
y por el agujero que coses en la media
sale el sol y se llena todo el cuarto de sol.

Raúl González Tuñón. Fragmento del poema “La calle del agujero en la media”.

 

Felipe Munita:

Como si el mar se retirara
y mostrara un mar más lejano;
y ese, otro aún más lejano;
y el tercero no fuera sino la conjetura
de series de mares
no visitados por las costas;
y estos mismos, el borde de otros mares.
Esto es la Eternidad.

Emily Dickinson.

 

María del Rosario Neira Piñeiro:

Ni mármol duro y eterno,
ni música ni pintura,
sino palabra en el tiempo.

Antonio Machado.

 

Cecilia Pisos:

El cordero/III

No puedo describir esta hoja verde
de venas verdes, venas amarillas.
La hoja es todo un mundo,
igual que el mundo de este mundo.
En la hoja de cada clara hoja,
otro mundo. En la ahojada hoja de la hoja,
mundo y más mundo.
La hoja de la hoja de la hoja. 

Ramón Xirau

 

Antonio Orlando Rodríguez:

Cómo se llama el ruido
de la campana,
dindorindorolindo,
cómo se llama.

Cómo se llama el viento
sobre la palma,
y el oscuro tan hueco
bajo la cama.

David Chericián, fragmento del poema “Caminito del monte”.

 

María Victoria Sotomayor Sáez:

Al nacer cada mañana
me pongo un corazón nuevo
que me entra por la ventana.

Concha Méndez

 

Imagen de portada de Armando Fonseca para el libro Un ajolote me dijo… de María Baranda (Castillo, 2017). Premio Fundación Cuatrogatos 2018.

 

Entrada No. 183.
Fecha original de publicación: 31 de julio de 2019.
Escrita por: Adolfo Córdova

4 Comentarios »

  1. ¡Felicidades!!! suena interesante y ameno el libro,realmente lo que realizan en este blog me parece tan hermoso, los admiro mucho, y a seguir promoviendo la lectura. Gracias

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