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  1. ¿Qué si me acuerdo de la filij? Nunca la olvidaré.. tengo maravillosos recuerdos, esperaba cada año con emoción que llegara el dia, amaba el seminario internacional, donde escuché a grandes de la literatura compartir experiencias de todas partes del mundo, recibíamos nuestro traductor para poder escuchar, bajo el cobijo de la penumbra del gran teatro de la danza acompañada de un café y rodeada de amigos que en el inter salíamos de inmediato a los pasillos como avidos cazadores de sueños a conseguir el libro mencionado para seguir bebiendo y habitando sus páginas. Encontrarme con colegas, amigos y ver tantos rostros felices en busca de esa magia artística generada por los libros. Como olvidar las múltiples conferencias y talleres, las maravillosas noches de Shresada un maratón de narradores orales que habitaban el escenario turnandose durante toda la noche hasta la madrugada tratando de preservar con sus historias la magia de tantas vivencias maravillosas, divertidas, interesantes encuentros de amigos. Era por unos días habitar un mundo utópico y posible, pasillos de libros que dialogaban con los visitantes, libros y libros que eran llevados en bolsas como grandes tesoros largamente deseados ¿Qué si recuerdo la filij que si la extraño? Es para mi, una de mis pérdidas más grandes. Recuerdo con nostalgia llegar a primer hora, recorrer los pasillos, sentarme a esperar acompañada de los gatos habitantes de CENART y de un café, a qué abrieran los stand, lista con mi mapa en mano para ir a la búsqueda de los grandes tesoros. Hablar de libros, recomendar libros, regalar libros… Soñar con libros Yo tampoco he asistido a la de Chapultepec. Y ahora el seminario es por línea y solo invitados latinos… Sin oportunidad de escuchar otras voces ni lo que pasa ahora con la lectura del otro lado del mundo, ni esos grandes y maravillosos encuentros en los que podías estrechar manos, dar y recibir abrazos, llenarme de palabras. ¿Qué si extraño a la filij que si me acuerdo?

    Nos han arrebatado muchas cosas pero quitarnos el derecho a la calidad en la cultura es imperdonable. Privar a las nuevas generaciones de esa calidad es imperdonable. Gracias Adolfo por la oportunidad.

    • Hola, Julieta, ¡disculpa! No había visto tu comentario. Muchas gracias por compartir tan emotivo y detallado testimonio. Me hiciste recordar también el ambiente del Seminario y, ¡mira!, nunca me tocó esa trasnochada de narración oral, qué maravilla. ¡Habría que volver a hacerla! Era realmente un ritual ir. Toda mi familia me acompañó en diferentes momentos. Algunos venían desde Veracruz. Yo esperaba especialmente el último día, ese lunes previo al desmontaje, que estaba más tranquilo y había terminado mis compromiso de trabajo para mirar libros, seguir encontrándome con amigxs… En fin, recordemos y contemos y pidamos que vuelvan a darle proyección. Quizá un día nos encontremos otra vez allí. Un abrazo grande.

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